El poder económico de los grupos dedicados al juego (no sólo en Argentina, en el mundo) hacen posible esta especie de "zoológico humano", donde uno no ve diversión, sino compulsión y necesidad.
No priman las sonrisas sino los rostros adustos, las caras surcadas por la desventura.
En el sorteo de un 0 Km. que presenciamos, el breve diálogo entre el conductor y el ganador nos exime de otro final para justificar nuestro título: no debe haber casinos en la Ciudad de Córdoba.
- Felicitaciones, ¿cuánto tiempo pasás acá? -le preguntaron al ganador un Citroën C4 y que estaba presente en la sala entre otras miles de personas)
- La mitad de mi vida.