Su producto estrella es el alfajor, de hecho, como mencionamos, obtuvieron el premio a “Mejor alfajor de chocolate del país” en el año 2019.
Pero Ególatra también ofrece productos de chocolatería como bombones, cajas de chocolates surtidos, y desde el año pasado también huevos de pascuas elaborados con chocolate belga y pintados a mano, que son una verdadera obra de arte: “Primero se pinta el molde, con lacas que realizamos, mezclando manteca de cacao y colorantes liposolubles. Una vez seca la laca sobre el molde, templamos el chocolate cobertura, el cual debe seguir ciertos requisitos de temperaturas para lograr un buen resultado. Respetando lo que se llama la curva de templado, nos garantiza que luego el huevo de pascua salga con brillo, perdure en el tiempo y sobretodo, se despegue del molde, y al comerlo se produzca ese quiebre típico de un chocolate bien templado!”, detallan Adri y Vir, las hermanas que están detrás de este emprendimiento cordobés.
Cada huevo de pascua que elabora Ególatra mide 13 centímetros de alto y pesa 250 gramos aproximadamente. ¿El precio? $ 1.500.
Mientras que en 2021 elaboraron 75 huevos, para estas pascuas les encargaron 200 unidades, pero aún así se limitaron, ya que son solo ellas dos (Adri y Vir) quienes están encargadas de su producción.
Y una vez pasadas las pascuas…
…seguirán con la producción de alfajores, la cual a diario viene siendo de 550 unidades, según nos cuentan. “Tenemos la esperanza de poder producir más, pero nos está siendo muy difícil encontrar gente que nos ayude. Por el momento solo somos nosotras dos produciendo y realizamos todo a mano, desde el armado de masas, estirado de las mismas, estibado, horneado, armado, baño y envoltorio. Ojalá podamos incorporar personal para producir el doble”, agregan las hermanas Joyas.
El origen de Ególatra
“La conexión con la cocina, y en especial con la pastelería, viene arraigada en nuestros genes. Abuelos y tíos nos transmitieron su pasión por este arte. Recibimos sus costumbres españolas e italianas, las cuales están presentes en cada recuerdo de nuestra infancia”, cuentan las hermanas Joyas (Adri y Vir), quienes mientras desarrollaban su carrera profesional se hacían el tiempo para darnos a probar recetas dulces.
De a poco fue creciendo en ellas el deseo de conocer e investigar más, y comenzaron a realizar cursos, capacitaciones, a viajar y a encontrarse con maestros de la cocina, quienes fueron grandes motivadores para que siguieran incursionando en este “mundo exquisito y también exigente”, tal como lo llaman ellas.
“Nos hicimos más detallistas en crear productos de excelencia y calidad que se visualizarán como verdaderas “joyas”, y sobre todo en encontrar y reflejar el sello que nos distinga: “Amor y admiración por lo que hacemos”, finalizan.