“He oído a muchas personas decir que deberíamos tener una semana laboral de cuatro días. Es un acuerdo que deben tomar entre empleador y empleado. Pero hemos aprendido mucho durante la pandemia de COVID-19, la flexibilidad de las personas que trabajan desde casa y la productividad que se puede sacar de eso”, comentó en un video publicado en Facebook Jacinda Ardern, premier de Nueva Zelanda.
El país tiene alrededor de 1.500 infectados y poco más de 20 muertes, aplanando de forma exitosa la curva en un territorio con 5 millones de habitantes y reabriendo recientemente bares y restaurantes. A pesar de estos resultados, se han producido quitas en sueldos y despidos en toda la nación.
La jornada laboral de 4 días no es “un invento” nuevo. Microsoft la aplicó en sus oficinas de Japón con resultados alentadores entre los que se destacó un 40% de incremento en ventas. Las ventajas incluyen además empleados más felices y productivos, con mejoras en la salud mental y física, el ambiente y en relaciones sociales.
¿Será esta una oportunidad para un reseteo social masivo? Muchos ya lo creen así.