Del característico negro y blanco del local anterior a toda la paleta de colores, ese es uno de los cambios más vistosos del inmenso local sobre Yrigoyen 419, a pasos del Buen Pastor. Con las paredes llenas del muy logrado arte de Male Savid (que pintó hasta los split de aire acondicionado), que además incluye mucho reciclado y una base sustentable, Natalia Gómez y su socio Alejandro García buscan replicar el éxito de su marca en el barrio universitario con su primera franquicia propiedad de Bruno Zanuttin, Fabián Aguero, Gastón Floreano, Nicolás Garlot y Gustavo Campasso.
“La gastronomía es un rubro muy dinámico, muy demandante, te tiene que apasionar y tenés que ser muy inquieto. Nueva Córdoba va a ser una bomba” asegura Naty. “Lo que tiene El Mesón es versatilidad y resiliencia como para reinventarse, eso nos permite jugar con el rango etario. El lugar es enorme, tiene dos pisos y una vista divina desde arriba, todo vidriado, es un sueño”, nos cuenta.
El Mesón se caracteriza por su ambiente descontracturado, por el que circulan abundantes hamburguesas (entre las que se destaca “la bestia”, preferida en todos los mesones), lomos, milanesas, degustaciones, picadas, gohan, como también desayunos y meriendas. En lo que respecta a bebidas, ofrecen happy hour, chopp de Patagonia, Quilmes y Temple, además de cervezas importadas, baldes Corona, tragos y una amplia gama de vinos.
“Vas a mi casa y es igual a El Mesón. Lo que hago en mi casa lo hago en El Mesón y lo que hago en El Mesón también lo hago en mi casa” nos cuenta Natalia. “Las crisis son oportunidades. Estuvimos trabajando por y para nuestros empleados. Somos un equipo, nos interesa que los empleados estén contentos. Y entre ellos hay una solidaridad tremenda, fue una cosa increíble en este último tiempo”.
El horario por el momento es el impuesto por el COE (de 8 a 23 horas) pero cuando se normalice la situación la idea es abrir a las 7 de la mañana y cerrar avanzada la madrugada, con cierre de cocina a las 2 y media de la mañana, abriendo de lunes a lunes.