Está claro, que cuando hablo de regalarle a papá una inversión, no pienso en mucho dinero, sino que lo menciono a modo figurativo. Concretamente: lo que se tenga pensado utilizar para la compra del regalo, bien se podría expresar en la colocación de ese dinero en un plazo fijo, un bono, una cantidad menor de acciones de alguna compañía cotizante o en la cuotaparte de un fondo de inversión.
La finalidad del regalo estará relacionada con dejar de correr contra la presión inflacionaria y los vicios que ésta desata, parar “la pelota” y darse cuenta que hay que retornar al ahorro y a la inversión como una filosofía de vida, pensando en una economía personal y familiar mucho más sana y sustentable.
Muchas personas (mal) consideran que para invertir dinero hay que contar con gran capital y la verdad es que existen múltiples instrumentos financieros que pueden generar un retorno, haciendo crecer el ahorro, incluso mientras dormimos. Sólo es cuestión de involucrarse más en el mundo de las finanzas y verán que siempre podremos encontrar un activo que se ajuste a nuestro perfil de inversor.
Recuerden: el secreto de que mi economía sea sustentable es que la misma sea capaz de incrementar mi lista de activos, por el contrario la inflación es una enfermedad directa para mi economía, ya que en el tiempo me lo irá desgastando. Entonces, cuidado con entrar en el círculo vicioso del consumismo, en la que nos seguirá tentando mientras conviva con nosotros. ¡Buen fin de semana!
El próximo regalo de papá: una inversión
(Por Rubén J. Ullúa – Asesor y analista de mercados financieros) Se viene el día del padre. Las madres y los hijos comienzan a pensar en qué regalarle a papá. ¿Ropa, tecnología, telefonía móvil, un libro, un DVD, un vino... y por qué no una inversión?
Entiendo lo que puede estar pensando en este momento: creerá que me volví loco, sin embargo puede resultar muy interesante.
Actualmente, por la misma presión inflacionaria, el global de la gente entiende que la mejor forma de ganarle a la inflación es consumiendo y es así como se trata de aprovechar cada “promoción”, cada “oferta”, cada “oportunidad”, poniendo el bolsillo o la tarjeta de crédito al rojo vivo con la sola premisa de “aprovechar” antes que se encarezca.
Lo cierto, es que del mismo modo que la inflación impulsa al consumo, también en muchos casos termina forzando el endeudamiento y como consecuencia, nos olvidamos del ahorro y la inversión, que en definitiva será lo que hará sustentable nuestra economía personal y familiar.
Cómo bajar a la práctica el regalo de una inversión, en nota completa.