El centro se especializa en realizar distintas actividades y talleres para personas con discapacidad en cada una de sus sedes: inclusión escolar, centro educativo terapéutico y servicio de rehabilitación.
Pero para llegar a eso mucha agua pasó bajo el puente: “Me daba cuenta que sola no podía abordar toda la necesidad del paciente”, expresó Virginia Els, fundadora y directora del instituto. Hace 12 años comenzó este gran proyecto que ofrece un servicio integral, inclusivo y con foco en la salud y la educación.
Un docente integrador (pero mucho más que eso)
La propuesta es acompañar al niño o adolescente con discapacidad a la inclusión en la escuela. “Nosotros enviamos una docente de apoyo al colegio, que trabaja con el alumno y con el docente para su inclusión. Luego ese niño/joven viene al centro a realizar las terapias que necesite acorde a su discapacidad y a sus necesidades”, explica Virginia.
El centro educativo terapéutico es un servicio donde se escolarizan niños, adolescentes y jóvenes que poseen una discapacidad bastante comprometida o severa y no se benefician con lo que tiene para ofrecer en la actualidad la escuela de nivel o con lo que puede ofrecer la escuela especial.
Además, el centro de rehabilitación, es un servicio que está relacionado con la clínica y el trabajo en consultorio desde las distintas áreas: fonoaudiología, kinesiología, trabajo social, psicología, psicopedagogía, psicomotricidad.
Hoy tienen 2 sedes en las que trabajan más de 65 profesionales para atender a 200 pacientes. “Creció muchísimo el centro de rehabilitación en un año y ya estamos buscando a lo mejor abrir otra sede”, adelanta.
IN: ¿Cómo es el método de enseñanza? ¿Utilizan alguno en particular?
Viginia Els: Trabajamos con un método que desarrollamos nosotros, el método Farfalina, que incluye la capacidad de decidir. Aquí proponemos trabajar con distintas orientaciones: tecnología y robótica o dimensiones tecnológicas, naturaleza y día, deportes y alimentación y cocina.
IN: ¿Y cómo funciona?
VE: Los concurrentes eligen una orientación, ya que una parte muy importante es la de generar autonomía, la autodeterminación, que la persona pueda elegir. Algo que sucede mucho en discapacidad, siendo la persona muy dependiente de otros, es que les cuesta decir qué les gusta, algo tan simple como suena. Si no les gusta la orientación elegida, tienen la posibilidad de cambiar.
IN: ¿Quiénes concurren a la institución?
VE: Nosotros arrancamos trabajando con niños y adolescentes, y ahora cuando abrimos en 2020 el centro de rehabilitación comenzamos también a trabajar con adultos y adultos mayores. Hoy en día abarcamos todo el rango etario y acompañamos a la persona con discapacidad en las distintas etapas de su vida.
IN: ¿Trabajan con los familiares de las personas con discapacidad?
VE: Con los familiares trabajamos desde que ingresa una persona. Nosotros vamos evaluando según la necesidad de la familia y dónde podemos ayudar o apoyarlos. Después, también trabajamos con las familias a partir de talleres o proyectos sobre algunos temas de interés que por ahí les están inquietando. También trabajamos lo que es el disfrute, hacer salidas de esparcimiento y que vengan las familias, que se conozcan entre ellos, que estén con los chicos disfrutando desde otro lugar.
IN: ¿Quiénes conforman esta red?
VE: Esta red está conformada por ONGs, organizaciones gubernamentales y organizaciones privadas. Yo participo de AJE (Asociación de Jóvenes Empresarios), la Federación Converger, que nuclea centros que trabajan con la discapacidad, y esto nos ayuda a trabajar y decidir algunas políticas públicas que son muy importantes. El trabajo de uno no empieza ni termina en la institución o en la empresa, sino que tiene que ir hacia la sociedad.
IN: ¿Qué significó la pandemia para la institución?
VE: Para Farfalina en particular significó un cimbronazo importante, imaginate que habíamos inaugurado en febrero una nueva sede. Tuvimos que sostener todo lo que habíamos generado, ya que habíamos invertido muchísimo.
Nosotros ya éramos digitales, teníamos todas las historias clínicas digitalizadas bastante antes de la pandemia y esto nos significó una ventaja. Todos los profesionales desde sus casas podían tener acceso a la historia clínica desde el 2018 porque ya la teníamos.
IN: ¿Y para los pacientes?
VE: Fue un giro impresionante tener que empezar a hacer terapia online con un niño o adolescente con discapacidad; de repente estás haciendo la sesión y se levanta y se va. En el consultorio lo podés invitar a hacer algo, es más llevadero, pero online se complicaba. Además, también teníamos que adaptarnos según las posibilidades de cada familia, ya que trabajamos con familias con pocos recursos que no tenían wifi, y con ellos fue buscar la manera.
IN: ¿Cómo monetizan los servicios? ¿Trabajan con obras sociales?
VE: Trabajamos con todas las obras sociales y prepagas, atendemos de manera particular pero en menor medida.
IN: Proyectos para el 2022…
VE: Seguir creciendo sin perder calidad y calidez de servicio, ya que crecer siempre es un desafío. La calidad y la calidez son dos cosas que nos identifican. Estamos pensando en abrir otra sede e inaugurar un nuevo servicio que tiene que ver con discapacidad, que tiene que ver con un centro de día, que es como para acompañar o seguir acompañando la trayectoria a lo largo de la vida de la persona cuando sale del centro educativo terapéutico. Tenemos una propuesta relacionada con el reciclaje y la incorporación de la orientación de cocina al método Farfalina. Y por último, seguir tendiendo redes con distintas organizaciones.