Desde hace 35 años el doctor Grau investiga al bacillus subtilis que se consume desde tiempos milenarios en alimentos como el natto (un derivado de la soja) en Japón. Esta bacteria probiótica tendría además efectos beneficiosos sobre el sistema inmunitario, retrasando el envejecimiento a través de la colonización del intestino de una espora.
Aunque por ahora sus efectos fueron probados solo sobre nemátodos (concretamente el caenorhabditis elegans), los científicos afirman que las vías regulatorias del envejecimiento de este gusano usado como modelo animal son similares a las de los seres humanos. “En estos gusanos además de prolongarles la vida tiene el efecto de mantener la vitalidad”, advirtió Grau.
¿Qué es?
La bacteria probiótica intestinal forma esporas, células en reposo altamente resistentes que al llegar al intestino del hospedador germinan dando lugar a la bacteria activa, que forma un biofilm sobre la mucosa intestinal que es responsable de incrementar la inmunidad innata del hospedador, brindando neuroprotección y aumentando la longevidad.
En Córdoba la distribuye en forma exclusiva Comer Sano, un mayorista de alimentos saludables. Por el momento se consigue en la Farmacia General Paz. El costo de un frasco de 60 mililitros es de $ 1.200 y es de venta libre. También se consigue en Mercado Libre a $ 1.800.
Kyojin (gigante) es el nombre de la marca comercial que contiene la bacteria Bacillus Subtilis. Es el primer alimento bebible diluible con estas características aprobado por ANMAT en Argentina y también en Latinoamérica e Iberoamérica.
Si se ingiere una dosis diaria entre 20 a 40 gotas, dura dos meses y si toma 40 gotas por día, dura un mes. Se puede consumir en cualquier momento del día disuelta en cualquier tipo de bebidas, jugos naturales, agua, café o té; es resistente a temperaturas frías, calientes y al microondas.
Su consumo regulariza el tránsito intestinal, combate diarreas, constipación o inflamación, reduce o elimina el reflujo ácido del estómago, mejora la calidad de sueño, otorga más vitalidad y regula los niveles de colesterol, insulina y glicemia.
Además protege las neuronas de enfermedades neurodegenerativas como Parkinson y Alzheimer. Ayuda en la prevención de la osteoporosis, los accidentes cerebro vasculares y aneurismas. Solo los hemofílicos no pueden consumirla”, advirtió.
El Dr. Grau es profesor de Microbiología en la Facultad de Bioquímica y Farmacia de la Universidad Nacional de Rosario y hace treinta y cinco años investiga sobre bacterias formadoras de esporas (bacillus subtilis y otros bacillus) con aplicaciones en medio ambiente, agro, salud y alimentación. Actualmente investiga los efectos beneficiosos de la microbiota intestinal sobre la longevidad saludable, el segundo cerebro y la prevención de enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson y el Alzheimer.