La Cabrera nace en Buenos Aires en 2001, en un contexto económico desafiante para Argentina. Gastón Riviera, fundador de la marca, recuerda: “La Cabrera nace en el peor momento de Argentina, en 2001". El primer restaurante abrió sus puertas en el barrio de Palermo, y a partir de allí comenzó una expansión que hoy incluye más de 28 locales alrededor del mundo, abarcando países como Chile, Colombia, España, Filipinas, México, Paraguay, Perú y Estados Unidos (además de Argentina).
La llegada de la marca a Miami se dio hace un año y medio, con su primer restaurante en Sunny Isles, y debido al éxito obtenido, la marca decidió abrir un segundo local en Coconut Grove. “Siempre fue mi ilusión de vida tratar de que la marca se extienda por varios lugares", nos comenta Riviera, quien ve en Miami un mercado prometedor para seguir creciendo.
La Cabrera se distingue por ofrecer un servicio integral que incluye un menú variado, un ambiente acogedor y un servicio de alta calidad. “Somos menú, somos ambiente, somos servicio”, nos remarca Riviera. El restaurante ofrece una amplia variedad de cortes de carne de alta calidad, incluyendo Angus, Hereford y Wagyu. Además, cuenta con una carta de vinos cuidadosamente curada para complementar a la perfección cada plato, así como una distintiva selección de postres.
El nuevo local en Coconut Grove tiene una capacidad para 120 personas y los platos van desde los US$ 17, como ser una ensalada, hasta los US$ 168 un Tomahawk de 48 oz (1,3 kg). Si nos vamos a la carta de postres, podemos encontrar un clásico volcán de chocolate por US$ 15, o una porción de chocotorta por US$ 13.
Una entrada bien argentina: empanadas de carne (US$ 12).
Y un postre que nunca falla: flan casero con crema y dulce de leche (US$ 13).
La Cabrera apunta a un público ABC1, y a todas las edades. Además ofrece opciones para todos los gustos, incluyendo menús sin tacc y veganos.
¿Cuál es el secreto de La Cabrera? Riviera destaca que el secreto del éxito de La Cabrera radica en el cuidado del cliente: “No sé si hay secreto, porque yo soy bastante abierto, y bastante charleta. El secreto es cuidar al cliente, me parece”, finaliza el creador de La Cabrera.