“Además de que somos de este barrio, vimos que este lugar tiene el potencial para transformarse en un nuevo polo gastronómico en la ciudad. La parrilla es un espacio para hacer base y desde ahí proyectarse a toda la ciudad”, cuenta Fernando “Piky” Sánchez.
María Eugenia (Marull) Páez Adas y Fernando “Piky” Sánchez son los creadores de esta innovadora iniciativa que nace por su necesidad de reinventarse laboralmente luego de las consecuencias de la pandemia de 2020.
Marull adelanta que la idea es brindar una opción para todas las personas que quieran comer una parrilla vegana. “Me pasaba, al igual que muchos vegetarianos, que si iba a una reunión de amigas con una parrilla de por medio, siempre la solución era comer algunas verduras, ensaladas o llegar cuando a los postres”, señala.
Los emprendedores proponen trabajar sobre el concepto de la parrillada tradicional argentina pero incluyendo carnes de origen vegetal. “El objetivo fue romper con todo lo establecido y alejarnos de la asociación de vegetariano/vegano igual a ensaladas”, explica Piky.
Una parrilla para dos tiene chorizo, morcilla, costilla, matambre y vacío con carnes de origen vegetal. Sale con dips y papas fritas y cuesta $ 1.650.
Otra de las especialidades de la casa es el matambre a la pizza que tiene carne vegetal, salsa de tomate y queso vegetal, también sale con papas fritas y cuesta $ 450. Para acompañar los platos, hay gaseosas, cervezas y limonadas a $ 250, kéfir (yogur búlgaro) de medio litro a $ 190 y de litro a $ 260.
Ribbs, vitel toné y hasta choris veganos
“La idea era meternos de lleno con los platos tradicionales y también jugar un poco con lo innovador. El lema en la Parri Vegana es que hay vitel toné todo el año”, agrega Marull.
También tienen platos como ribbs con barbacoa, chori veganos que salen en una parrillada servida en un braserito y hasta morcillas que se hacen con porotos negros que son una delicia.
“La gran mayoría de estos productos son de seitán y logran tener un efecto visual muy impactante. El seitán es un preparado a base de gluten de trigo. A la hora de los postres, hay flan casero con dulce de maní y brownies con helado de crema”, describe Marull.
La Parri Vegana tiene el sello de made in Córdoba y trabajan con emprendedores locales. “Los productos están rigurosamente seleccionados y supervisados para que los proveedores nos garanticen que no haya contaminación cruzada con ningún derivado animal”, dice Piky.
Tanto Marull como Picky comparten el desafío de ganar el paladar de quienes no son adeptos al veganismo. “Se me cuela una sonrisa cuando gente mayor prueba nuestros productos y no lo pueden creer y prometen volver, gente que comió carne toda su vida”, señala.
Una propuesta vegana, sabrosa y eco sostenible
Los emprendedores decidieron encarar este proyecto desde la conciencia ecológica, tratando de incorporar en sus procesos materiales que sean reutilizables. Los socios agregan que tratan de usar la menor cantidad de plástico posible y de que todo sea compostable.