El modus operandi de los llamados “rompepuertas” consiste en golpear las puertas de los domicilios hasta romperlas o derribarlas, utilizando únicamente sus pies. Eligen los días de semana (especialmente, miércoles, jueves y viernes), pasada la medianoche, cuando los habitantes de la casa están descansando, y las viviendas que poseen poca iluminación, que están ubicadas en calles poco transitadas, y que sus puertas de ingreso son de madera compuestas por dos hojas. Los “rompepuertas” son jóvenes, por lo general encapuchados, y actúan en grupos de 3 o 4. Si logran ingresar a la vivienda, toman los objetos de valor que están a su alcance, sin apelar a la violencia contra personas.
Los blindapuertas se hacen su agosto con los rompepuertas (desde $ 4.500 hasta $ 8.000)
Para la Policía y los damnificados, los llamados “rompepuertas” son motivo de preocupación y precaución. Pero para los fabricantes de puertas blindadas constituyen una oportunidad de negocio. Acostumbrados a trabajar para empresas y comercios, quienes producen este tipo de aberturas dan cuenta de una incipiente demanda en viviendas familiares y departamentos. En Buenos Aires, por caso, las aberturas blindadas se han transformado en un diferencial a la hora de ofrecer una propiedad en venta o alquiler. En Córdoba, aún no sucede lo mismo, pero de a poco la gente empieza a buscar mayor seguridad en sus ingresos, incrementando la facturación de los negocios dedicados al producto, los cuales son reacios a dar cifras de ventas, pero sí admiten más consultas y pedidos. ¿Precios? Una puerta estándar externa de chapa acerada y revestida con simil madera, de 2 x 0,80, dos pernos de seguridad (arriba y el del picaporte) cuesta $ 4.500, más gastos de envío ($ 190 para Córdoba). Las líneas de alta gama, con 4 pernos de seguridad, cotizan desde los $ 8.000.