“En los años pares se crece. En los impares se busca la meseta”, así define el concepto de negocio Marcela Mammana, la dueña de la cadena de gimnasios que lleva su nombre hace más de 34 años y que acaba de inaugurar su cuarto espacio en el predio que pertenece al club La Tablada en barrio Urca, zona norte.
De la mano de sus hijas Lucila y Valentina Medina y dos socias más, Florencia Beas y Carmen Salazar, Marcela Mammana encara el negocio con el objetivo de que su marca pueda atraer a toda la familia. “En 10 cuadras a la redonda tenemos 3 de las 4 sucursales. La idea es que los padres puedan traer a los chicos a alguna actividad en Tablada o en la Sucursal Parque y puedan irse a la de Bajo Palermo a entrenar”, comenta, y agrega: “Apuntamos a que sea un gimnasio que pueda disfrutar toda la familia, por eso hay promociones en los abonos y se ofrecen actividades para todas las edades, desde niños hasta adultos mayores”.
“Luego de más de un año de negociación, logramos concesionar este gran y estratégico espacio”, cuenta Mammana. Emplazada en la esquina de Pelagio Luna y Otero, la nueva sucursal cuenta con dos salones amplios, uno de 375 m2 y otro de 150 m2, aptos para dictar clases de danza jazz, gimnasia rítmica, aeróbica coreográfica, iniciación a la danza, street dance, zumba y parkour, entre otras actividades.
Con más de un centenar de inscriptos en la flamante sucursal, Mammana comenta que están abiertas a incorporar nuevos socios para continuar la senda del desarrollo. “Nos gustaría expandirnos por zona norte, asentarnos en barrios como Docta que son similares a pequeñas ciudades”, cuenta. Asimismo, adelanta que están pensando alquilar la pileta del predio de La Tablada para la próxima temporada 2025 y sumar así una escuela de verano con sello Mammana.
“Empecé hace 34 años en un galpón. Con el paso del tiempo y el crecimiento paulatino de nuestro quehacer tuvimos que aceptar que éramos una empresa”, comenta la directora del negocio y finaliza: “Yo siempre sentí que Mammana es un club y hoy, al estar en el mismo predio de La Tablada, nos aumenta la sensación de familiaridad, en donde cada miembro puede desarrollarse en distintas actividades compartiendo un mismo espacio”.