La situación es esta: el líder del equipo (de la organización) se entera (por una queja directa, por un informe de mystery shopper u otro medio) de una demora de 30 minutos en la resolución de un proceso que debe resolverse en 5.
- El líder tradicional convocaría a los involucrados y los retaría, se enojaría y provocaría la reacción defensiva. “¡Cómo puede ser que demoremos 30 minutos en hacer esto!”, sería su frase.
- El nuevo líder buscaría dar un paso en la enseñanza y el empoderamiento de los integrantes del grupo y esperaría la próxima reunión para preguntar: “Che, ¿cómo verían Uds. una demora de 30 minutos en la resolución de este problema?”. Pasar de la afirmación, del reto, de la “levantada en peso” a la pregunta es un paso fundamental, dice.
Si el coeficiente intelectual como dato “duro” dio paso hace unos años al concepto de “inteligencia emocional” (donde además de la razón se suman los sentidos y la empatía), ahora hay que incluir la “inteligencia relacional”, una nueva forma de integrar y ayudar a integrar a los miembros de un equipo.
Esta forma de management no significa una organización sin tensión, por el contrario: se busca un punto que no sea el conformismo que estanca las empresas ni la presión permanente que estresa y altera: el lugar es la tensión productiva, la pregunta que dispara la creatividad para enfrentar un problema y encontrar la respuesta colectiva.
Matemos al líder para que nazca el liderazgo (el IAE pasó por Córdoba con su Up to Date)
Aunque el IAE no logra hacer pie con cursos regulares en Córdoba, periódicamente realiza actividades para la alta gerencia y los accionistas de empresas que participan de la gestión de sus organizaciones. Ayer finalizó su Up to Date para ex alumnos cordobeses del PAD (Programas de Alta Dirección) y el profesor Raúl Medina Fernández trazó los lineamientos del nuevo liderazgo, una perspectiva que exige salirse del “yo” que busca imponer una camino y pasar a una conducción dialógica cuya herramienta fundamental no es la aseveración sino la pregunta.
“El liderazgo del héroe ha muerto -explica Medina Fernández-; de alguna manera debemos matar al líder como se lo concebía en los siglos XIX y XX para dejar crecer el liderazgo, donde todas las partes del grupo de conducción pueden ejercer la conducción y aportar al objetivo”.
Un ejemplo concreto del nuevo liderazgo en nota completa.