Sergio Mastrogiovanni es licenciado en Informática, especialista en Negocios y en Inteligencia Artificial además de estar a la cabeza en el departamento de Data e Innovación de Nubiral y si de algo sabe -entre otras cosas- es de criptomonedas y blockchain, un fenómeno que no para de crecer y que plantea interrogantes a futuro.
InfoNegocios: ¿Por qué son un boom el blockchain y las cripto?
Sergio Mastrogiovanni: Blockchain es un boom por distintos motivos. En primer lugar, porque es una base de datos distribuida, que no corre en una computadora sino en decenas de miles, con la cual se pueden hacer transacciones seguras entre personas en todo el mundo sin necesidad de intermediarios. Cualquier tipo de transacción que se haga, sea monetaria o no, queda grabada en forma indeleble y segura para siempre en un bloque, que hace que sea imposible violarla. De esta forma, al no haber intermediarios, se elimina la complejidad de los modelos, la operación es más barata y los ciclos más cortos.
IN: Una especie de escribano del futuro…
SM: Al actuar como una suerte de notario público, elimina los “pasamanos”, como la figura de un banco, o una entidad que regula transacciones como la venta de bienes raíces; lo que permite reducir y descentralizar ciclos, automatizar y agilizar operaciones; y a la vez, evitar costos comúnmente aplicados en las distintas instancias de las operaciones; además, ofrece mucha seguridad en las transacciones dado que la cadena es inmutable. Es por todo ello que se está utilizando cada vez más y de manera transversal a distintas actividades.
IN: Y hablando de criptos, ¿realmente son claves para democratizar la economía?
SM: Las criptomonedas, en la gran mayoría de países del mundo, permiten realizar transacciones sin intervención de entidades estatales. En mercados donde el dinero fiat (fiduciario) es inestable, como el nuestro, personas y empresas se vuelcan cada vez más a este tipo de divisas. Dada la volatilidad de muchas criptomonedas, hay quienes están apostando a las stablecoins, que están atadas a una moneda estable, generalmente el dólar.
IN: Miremos al futuro… ¿hacia dónde vamos? ¿Quiénes adoptan más estas herramientas y por qué?
SM: A escala empresarial, hay cada vez más organizaciones que empiezan a implementar blockchain en procesos como logística o supply chain, ya que son de naturaleza descentralizados y blockchain es la evolución natural. Los Smart Contracts dan la ventaja que permiten su utilización en muchísimos casos de uso que van más allá de lo transaccional y ya hablando de los procesos; y las criptomonedas en operaciones de compraventa, contratos inteligentes, pago de salarios.
Por dar un ejemplo, blockchain mejora la trazabilidad y transparencia en la cadena de suministro al impedir que se generen transacciones por personas que no son parte de la misma, garantiza la autenticidad de productos y servicios y al ser una red descentralizada, se elimina lo que se llama punto único de falla minimizando el riesgo de caídas como pasó con WhatsApp hace unos meses. De esta manera, las empresas empiezan a valorar esta tecnología por su poder para permitir escalar negocios.
IN: El blockchain ya es algo mucho más grande que el Bitcoin, entonces…
SM: En el pasado, se asociaba comúnmente con criptomonedas, y a Bitcoin en particular por ser la tecnología detrás de ellas. Hoy en día, las aplicaciones de Blockchain se están explorando en muchas industrias como una forma segura y rentable de crear y administrar una base de datos distribuida y mantener registros para transacciones digitales de todo tipo.
El uso de tecnología Blockchain, combinado con dispositivos de reconocimiento biométrico ofrece la promesa de solucionar problemas históricos y simplificar la burocracia, especialmente en el manejo de crisis.
A escala personas, en muchas organizaciones los propios colaboradores piden cobrar en cripto. Y por fuera de ellas, muchas otras personas también están interesadas en comprarlas. Suelen sentirse atraídas tanto por la valorización de las monedas digitales como por la falta de intermediarios, y tomarlas como refugio.
Esta rueda se sigue alimentando con otro aspecto: en el e-commerce de distintos productos y servicios están cada vez más aceptadas las criptomonedas, en especial el Bitcoin.
IN: ¿Eso no ayudaría a estabilizarla?
SM: Con estos cambios y los que vendrán, se espera que la volatilidad baje. Esto afecta en mayor medida a países en EE.UU. y Europa donde no están acostumbrados a la hiper inflación, volatilidad cambiaria o económica como en nuestro u otros países de América Latina.
IN: ¿Qué países ya hacen uso de criptomonedas?
SM: Hoy, en el top 10 de países donde se vienen implementando las transacciones con criptomonedas se encuentran Vietnam, India, Pakistán, Ucrania, Kenia, Nigeria, Venezuela, Estados Unidos, Togo y Argentina, la mayoría de los cuales cuentan con una economía y tipo de cambio inestables. En varios de estos países no hay regulación estatal respecto de las mismas, lo cual es posible que cambie. Probablemente no avancen tanto las prohibiciones como las retenciones tributarias y medidas de prevención de lavado de dinero. En lo que respecta a Argentina, en contexto de acuerdo con el FMI, es posible que esta realidad de desregulación actual cambie. Es claro que la realidad avanza más rápido que los Estados y las regulaciones.
Otro punto evidente es la necesidad de educar a las personas en tecnología. Para dar un ejemplo, en EE.UU. hay proyectos para enseñar criptomonedas en las escuelas, y el alcalde de New York se hizo pagar su salario en cripto. El camino hacia la innovación y un futuro mejor es de la mano de la tecnología.
IN: ¿Qué relación tienen blockchain y las cripto con el Metaverso?
SM: El denominador común es una operación descentralizada y sin intermediarios. Si bien ya hay muchas empresas invirtiendo en el Metaverso y mundos virtuales, todavía es muy nuevo y disruptivo. Lo que conocemos como realidad virtual estuvo presente desde hace algunos años, probablemente la industria del gaming fue la pionera, pero hoy este concepto de universos paralelos, como lo vimos en la ciencia ficción, ya se está viendo en el mundo de los negocios, donde se están viendo plataformas para invertir en activos digitales de la misma forma que lo hacemos en el mundo real. Se pueden comprar y vender propiedades virtuales usando criptomonedas y hasta los gobiernos ya están creando embajadas en estos entornos. El Metaverso dará la posibilidad de, por ejemplo, ser parte de un mundo virtual, donde tener un trabajo, comprar una casa, encontrarse con la gente, etc.
Entonces, blockchain es la llave para ingresar al Metaverso, ese entorno que combina los mundos físicos y virtual a través de tecnologías como realidad virtual, realidad aumentada e Inteligencia Artificial, donde las transacciones se realizan con criptomonedas o NFT (tokens no fungibles). Todo parece indicar que ganará relevancia este año. La realidad virtual y los mundos 3D vienen evolucionando, así como viene dándose una profusión de redes y gadgets. Las empresas las emplean de forma progresiva para, por ejemplo, la realización de prototipos, acortar los ciclos de R&D y reducir la experimentación con animales, por ejemplo.
IN: ¿Qué pasa con la sustentabilidad?
SM: Hay varios puntos a analizar en materia de sustentabilidad. Estas tecnologías bien gestionadas pueden contribuir a la sostenibilidad económica, social y ambiental.
La industria tecnológica en general está teniendo una gran deuda con la sustentabilidad por la cantidad de energía que consume, incluyendo a Blockchain, ya que trabaja con algoritmos de consenso y algunos de ellos requieren mucho poder computacional y crear altos niveles de emisiones de carbono. Hay un gran intento de “ecologizar” esta tecnología, incluida la compensación de carbono, aunque la mejor solución es que consuma menos energía, generalmente aquellos que se basan en algoritmos de prueba de participación como Proof of Stake por ejemplo, en lugar de Proof of Work para generar consenso. Ethereum, la segunda cadena de bloques más conocida después de Bitcoin, planea pasar a un modelo PoS durante 2022.
Por otro lado, blockchain permite mejorar la distribución de bienes y servicios, lo que se traduce en un uso más eficiente de transporte y recursos de distintos tipos. Inclusive la tecnología permite mejorar el sistema de gestión de residuos sólidos urbanos en las ciudades, por ejemplo.