Iván Weyrauch es un emprendedor y sociólogo, que siempre tuvo “dando vueltas” las temáticas y problemas sociales. “Vi que había un rebrote de la conciencia ecológica y dije ‘quiero hacer algo’”. Con medio año de vida, ya llevan vendidos cerca de 400.000 sorbetes.
La idea de los sorbetes ecológicos, cuenta Iván, surgió en un viaje por Estados Unidos, donde los conoció. Como le resultó un producto innovador decidió probar y traerlos a Argentina.
Los sorbetes son, ni más ni menos, que el tallo de la planta de trigo. En las cosechas es la parte que se descarta de la planta. Acá interviene el concepto de economía circular: utilizar algo que se iba a desechar para realizar sorbetes de un solo uso.
Los paquetes de sorbetes Trigo vienen en packs de 100, 500, 1.000 y 1.500 unidades y se importan - por ahora - desde Asia, ya que la idea de Iván es poder producirlos en Argentina en un futuro.
¿El precio? Van desde los $ 3,20 a los $ 3,50 la unidad, dependiendo del pack que se compre. Pero por ejemplo, un pack de 100 unidades cuesta aproximadamente $ 350 pesos. Como referencia, los sorbetes de plástico de un solo uso (muy contaminantes) cuesta $ 140 las 100 unidades.
El público objetivo de Trigo está compuesto en 90% del sector gastronómico. “La mayoría de los clientes están en Capital y Gran Buenos Aires, pero también tenemos en Córdoba, Tucumán, Neuquén, entre otras”.
¿Planes a futuro?
Con una buena recepción por parte del público, desde Trigo quieren seguir apuntando a lo ecológico: “a futuro me gustaría poder innovar con otro tipo de productos ecológicos”, cuenta Iván.
En cuanto a los planes de expansión, el creador de Trigo sostiene que van a seguir expandiéndose por todo el país y apunta a duplicar las ventas para mitad de año.