(Por
Gonzalo Roqué). Aclaración indispensable: hablaré sólo de
Twitter y no de “redes sociales”. Y además intentaré responder si existe relación entre la cantidad de tweets de un candidato y su resultado electoral. Veamos algunos antecedentes.
Twitter ha sido muy buen predictor para estimar, por ejemplo, ingresos de una película del cine, valores de acciones del mercado, incluso ha predicho ciertas epidemias.
Entonces y entrando en tema, este “auscultamiento de la sociedad” que dicta esta red social nos debería dar señales suficientes para saber de antemano quién va a ganar unas elecciones.
Pero atención: las experiencias indican que el 50% de los estudios de predicción electoral a través de los tweets ha sido exitoso… ¡y el otro 50% no!
Es por ello que todavía se siguen utilizando las encuestas tradicionales, método irremplazable por el momento.
Los motivos por los cuales todavía es un método que está en estudio podrían resumirse así:
Los tweetteros están sobre-representados por segmentos de menor edad. Para estimar una elección la muestra debe representar a toda la población. Deberemos esperar que Twitter se popularice en al menos al 80% de la población.
Una mención/tweet no significa necesariamente un voto. La mención podría estar relacionado a algo negativo: “El político X no tiene capacidad de gestión”. En este caso la mención de X no significará un voto, indefectiblemente.
Lo anterior se podría resolver con el “análisis de sentimientos”, esto es, a cada tweet asignarle un valor positivo o negativo según el contexto de mención del candidato. A pesar de haber muchas experiencias al respecto todavía la inteligencia artificial no nos detecta la ironía, el doble sentido, etc.
Por último se puede decir que a medida que se acerca la elección la predicción es más certera. Hay una correlación entre los tweets posteados el mismo día de la elección con el ganador… pero quizá ya es muy tarde.
Alemania, EEUU, Irlanda, Singapur y Holanda son los países que más han experimentado con Twitter para predecir elecciones, pero nunca se ha dejado de lado el método tradicional. Sí se usa cada vez más como forma de comprender el humor de la gente y que el candidato tenga elementos en tiempo real para su campaña… pero no su intención de voto.
Lamento decepcionarlos.
Hasta la próxima.