“¿Podés creer que la remera que le puse solo una vez ya le queda chica? ¡Mucho de lo que compré en el embarazo no le va porque nació más grande de lo previsto!”. Esas frases son muy frecuentes entre los papás de bebés que descubren que la ropa (y accesorios) de esos seres recién llegados al mundo es uno de los gastos más grandes (e inevitables) que deben afrontar.
Y si tenemos en cuenta que la utilidad de las prendas es muy corta porque los niños crecen muy rápido en esta etapa (ni hablar si le sumamos que hay ropa para cada estación del año), el gasto parece aún mayor.
Esa problemática fue el punto de partida de Stefanía Kessel quien en octubre de 2018 lanzó Baby Back Shop, una plataforma donde los padres pueden vender y comprar ropa (y artículos del mundo del bebé) de primeras marcas y en excelente estado (de 0 meses a 4 años).
El emprendimiento gira en torno al concepto win-win (todos ganan):
- la madre que vende la ropa usada y gana dinero extra;
- el medioambiente (que se ve beneficiado frente al daño que generan las industrias) y
- distintas instituciones sociales a las que se donan aquellas prendas que no quedan a la venta porque no pasan el proceso de selección.
“No es solamente una tienda; el propósito es agregar valor, acompañar a las familias durante todo el proceso y crear una comunidad de triple impacto”, dice Stefanía.
¿Cómo es el circuito?
El que tiene productos para vender se contacta y se acuerda un encuentro en alguno de los tres puntos de entrega ubicados en General Paz, Urca y Centro. Ahí comienza un proceso riguroso de selección: se observa que no haya manchas, roturas ni enganches, bolitas de uso ni que los productos estén amarillentos. Luego pasan por un estudio fotográfico con luz led para detectar detalles y finalmente se vuelven a revisar. Lo que queda descartado por no cumplir los estándares, se devuelve o se dona (según lo decida la dueña).
La madre proveedora ingresa al sistema con un código al dejar sus prendas y tras pasar el proceso de selección recibe una propuesta económica por su mercadería. Si acepta, queda todo en consignación y se publican los artículos en los canales de venta (Facebook, Instagram y la tienda online).
Los primeros días de cada mes se realiza la liquidación de lo vendido y la proveedora tiene dos opciones: o se le transfiere el efectivo o puede optar por “baby créditos”, que sería saldo a favor para canjear por ropa que necesite su bebé en ese momento.
El perfil del comprador y el vendedor coincide. “En ambos casos es un público que quizá puede acceder a la ropa de marca pero no le ve sentido porque sabe que se usa muy poco tiempo y no está dispuesto a pagar un costo altísimo; además confía en nuestro criterio porque sabe que los productos están siempre impecables y así se va animando tanto a comprar como a darnos luego la ropa; ahí se va armando el ciclo y se retroalimenta”, manifiesta Stefanía.
Los números del consumo colaborativo y responsable
- Antes de la cuarentena la plataforma había concretado ventas en todas las provincias del país. El canal digital representaba un 60% de las operaciones (el 40% compraba en el showroom, en Urca, ahora cerrado). Ahora el 100% se vende online.
- Desde febrero el nivel de actividad creció un 60%. “Siempre estuvimos presentes en el mundo digital, por eso al llegar la cuarentena, como ya estábamos preparados para vender online, el negocio creció; hay muchísima demanda”, resalta Kessel.
- El 60% de las mamás proveedoras elige el sistema de baby créditos (en vez de recibir el efectivo) para adquirir lo que necesita su bebé en el momento.
- Una prenda (si es de temporada y es funcional) tarda como máximo 30 días en venderse.
- La madre proveedora recibe el 55% de la ganancia cuando se vende su prenda.
- Los productos valen entre un 50% y 85% menos de lo que cuestan nuevos.
- El stock disponible es de 5.000 artículos (todos los días se actualiza la tienda y se cargan alrededor de 300 productos por semana).
- La tienda tiene 2.000 visitas por día.
- Se venden 800 prendas por mes.
- Los productos se pueden abonar en efectivo, por transferencia o con tarjeta, a través de Mercado Pago o Wibond.
- Las entregas se hacen vía OCA y en algunos lugares del país los clientes pueden optar por servicios de mensajería más económicos, tales como E-PICK (disponible en Buenos Aires, Córdoba y Rosario) y PUDO (el sistema de lockers inteligentes).