En el transcurso del último año hemos debido adaptarnos a ciertas costumbres o formas de llevarlas a cabo, de maneras totalmente diferentes a como las conocíamos. En este caso en particular y como en casi todos, es ineludible hablar de la pandemia de COVID-19 como aquello que marcó que este fenómeno se diera en diferentes aspectos de nuestras vidas. Uno de ellos tiene que ver por supuesto con cambios en formatos de consumo y sobre todo en lo relacionado a experiencias gastronómicas.
Probablemente más de una vez, y a raíz de restricciones horarias, nos hemos encontrado sumergidos en una conversación en la que alguien resalta que “ahora nos estamos pareciendo más a los países europeos con estas costumbres”. Esas costumbres, tienen que ver con los horarios y con aquellas actividades que normalmente hacíamos en un momento determinado y que ahora debemos hacerlas en un horario “poco convencional”.
Esa situación de adaptar algo a un nuevo formato, es lo que se ha dado con el Happy Hour de Vinos de Apartamento, uno de los más destacados y reconocidos bares de Barrio Güemes y de nuestra ciudad. Teniendo en cuenta en primera instancia las restricciones horarias dispuestas por el gobierno en más de una ocasión, que llevó a que los bares se encontraran ante la imposibilidad de abrir o de poder hacerlo pero en horarios poco habituales.
Así fue que ante estas modificaciones, en uno de los bares de Sebastian Gullo, la mente detrás de varios de los locales gastronómicos más reconocidos de la ciudad, se decidió darle vida a un concepto ya conocido, pero en un nuevo horario: “Apartamento ya contaba con una Tienda de Vinos. De hecho veníamos trabajando este concepto desde la época de Gordó con este mundo del vino al que nosotros le llamamos “vinos de exploradores”, ya que son de bodegas jóvenes, proyectos nuevos de hijos de bodegueros o proyectos boutique. Así dimos con una idea que apunta a aquellas bodegas que se animaron a jugar y a explorar. Si bien era algo que veníamos haciendo, la pandemia nos llevó a dejar de trabajar con un montón de cosas e ir estrictamente al vino. De ahí surge lo de un Wine Bar en Apartamento, donde contamos con unas 500 botellas de vino en exposición con etiqueta, de las cuales te podés llevar cualquiera de ellas a tu casa o si querés tomar una copa, se abre y se toma. También vendemos cajas de vino a través de la incorporación de la sommelier Agustina Rodriguez y trabajamos con pedidos. De esta manera nos convertimos en un Wine Bar y una vinoteca al mismo tiempo”, afirma Gullo.
Pero no todo tiene que ver con modificaciones que se dieron a raíz de la pandemia, hay cambios que son notorios en el consumidor y en el tipo de consumo que se le da al vino y ese es un fenómeno que cuenta ya con varios años. Sebastián cuenta que: “Hoy la gente busca tomar un vino diferente y conocer un poco más sobre lo que está consumiendo. Creo que este cambio se va dando por varios factores. Hay una cuestión cronológica ya que aparece un nuevo consumidor más joven que se interesa en los vinos; actualmente Mendoza cuenta también con muchos enólogos jóvenes que tienen las mismas inquietudes que los consumidores de su generación, con la idea de investigar y hacer vinos distintos a raíz de la investigación del terroir”.
De esta generación muchas veces se habla también sobre el nivel de conciencia que ha tomado, respecto a cuestiones ligadas al cuidado del medio ambiente, y eso es algo que no pasa desapercibido en este sector. “Hoy las prácticas y consumos ligados a lo orgánico están presentes en diversos espacios, esas buenas prácticas se replican en otros sectores y contamos con inputs que son muy propios de nuevos consumidores. Así nos damos con la arista de la bodega, de los consumidores y también con lo que busca la gente en el mundo, hoy. Con cosas que sean más naturales o que cuenten con una baja intervención respetando el medio ambiente. La búsqueda y la exploración son dos conceptos claves en este tipo de consumo, pero por sobre todo tiene que ver con proyectos sinceros por parte de las bodegas que creen en lo que hacen”, cuenta Sebastián.
Con esto se puede definir al Wine Bar de Apartamento como una continuación de lo que es la “Cata para Curiosos”, un concepto que ya se estaba llevando a cabo pero que con esta nueva forma y nuevo horario, le brinda más fuerza y una vuelta de tuerca focalizándose en un happy hour de vinos, los días viernes y con copas que van de los $ 100 a $ 200. Un espacio en el que nos encontramos con vinos jóvenes, de gama media y reserva y con una libertad de elección amplia que cuenta con Riccitelli Wines, Wine is Art de Ernesto Catena u Ojo de Agua de Dieter Meier, entre otros, y ante la idea de que los vinos vayan rotando y los presentes prueben la mayor cantidad de vinos posibles durante la tarde.
Por último, y consultado sobre cuál es el plan de ahora en adelante y con una pandemia que hace avanzar y retroceder posibilidades constantemente en cuanto a medidas y habilitaciones, Gullo cuenta lo siguiente: “La pandemia dentro de todo lo malo, logró que los hábitos de la gente cambiaran y ahí tanto nosotros como los clientes encontramos algo positivo que tiene que ver con el hecho de salir más temprano y la posibilidad en este caso de poder disfrutar de un Happy Hour de vinos. Las propuestas bien armadas y de calidad, la gente las adoptó como nunca. De ahora en más la idea es potenciar esto porque nos gusta y el resultado está bueno. Queremos mantenerlo y que a medida que las restricciones cedan, que la gente siga con este espacio ganado que tiene que ver con eso de juntarse más temprano y que de esa forma se dupliquen las propuestas ante un margen horario más amplio. Las ganas de la gente están y las nuestras también, por lo cual vamos a seguir apostando a esto”.