"... la empresa estatal (NdeR: subrayó con el tono la palabra "estatal") Intercargo, responsable del traslado de los pasajeros desde la terminal al avión no cuenta con suficientes ómnibus", concluyó, primero en español y luego en inglés, como indica el protocolo.
Por las absurdas reglamentaciones aerocomerciales, todas las compañías aéreas (a excepción de Aerolíneas Argentinas y American Airlines, otro capricho) deben recurrir a los servicios de Intercargo en sus operaciones en el país. Solo las dos empresas nombradas pueden optar por la "autoprestación del servicio", como se denomina en la jerga la tercerización del "handling".
La falta de ómnibus de Intercargo no es la única prenda que le "tira de siza" a la revolución de los aviones que todavía no termina de iniciar: el sistema de llamado de vuelos por altoparlantes en Aeroparque está tan congestionado, que genera un contínuo de avisos de embarque (y demoras), uno tras otro, con altísima contaminación sonora de la terminal aérea.
Seguramente porque hay más gente volando (pero tampoco es tan grande el crecimiento), la red AA2000-Personal que provee Wifi a Aeroparque funciona cada vez peor y obliga a muchos usuarios a recurrir a sus conexiones móviles para abastecer de internet a laptos. La señales 4G de las tres operadoras tampoco llega con fluidez a esa terminal aérea, por cierto.
Una buena para el final de esta crónica de viaje: por iniciativa del ministerio de Transporte, desde esta semana hay menúes "low cost" en las principales terminales aéreas del país (almuerzo a $ 120, se promociona), un paliativo para aquellos pasajeros que tienen tiempos muertos en los aeropuertos y que -muchas veces- sufrían los tradicionales "me arrancaron la cabeza" en los servicios gastronómicos que terceriza AA2000.