Google asumió el compromisos de comprar suficiente energía eólica y solar por cada unidad de electricidad que consume, de la cual se alimentan tanto sus oficinas —en más de 150 ciudades en casi 60 países— como los 13 centros de datos que mantiene alrededor del mundo.
Las 20 transacciones, por un total de 2.6 Gigavatios (GW), posicionan a Google como el mayor comprador corporativo de energía renovable en el mundo.
Según la empresa, estas decisiones están motivadas tanto por consideraciones ambientales como de negocio, ya que cada vez más, la energía renovable se convierte en la opción de menor costo.
Google demostró en un informe que en los últimos 6 años, los costos de la energía eólica y solar han bajado en un 60 y un 80% respectivamente.
Además, los contratos en precios fijos asociados a las energías renovables son también una importante forma de cubrirse de las oscilaciones del precio del petróleo, otorgando mayor estabilidad financiera.
“La ciencia del cambio climático nos dice que lograr reducciones absolutas en las emisiones anuales de gases de efecto invernadero (GEI), así como niveles sostenibles a largo plazo de GEIs en la atmósfera, es un imperativo mundial urgente. Las empresas tienen un papel importante que desempeñar en la transición hacia una economía de energía limpia”, explicó Florencia Bianco, Gerente de Comunicaciones para América Latina.
“Google se compromete a ser parte de la solución, tanto a través de la compra de energía renovable para nuestras operaciones, como ayudando a crear vías para que otros puedan comprar energía limpia”, agregó Bianco.
En la estrategia de la empresa, se destaca la compra de la energía física junto con sus correspondientes RECs (Certificado de Energías Renovables), así como el estándar de “adicionalidad” bajo el cual Google busca la compra de energía producida en instalaciones de reciente construcción, dando paso a nuevos proyectos de energía renovable en la red eléctrica. “Son proyectos que de otro modo no existirían”, explicó la ejecutiva de Google.
Uno de estos es El Romero, ubicado en el desierto de Atacama. Allí, la empresa Acciona, de origen español, construyó la planta fotovoltaica más grande de América Latina —de un tamaño equivalente a 211 estadios de fútbol. El 1 de enero de 2017, la planta comenzará a inyectar energía solar a la red eléctrica que alimenta el centro de datos de Google en Quilicura, Chile. Atacama es una de las zonas geográficas que más rayos solares recibe en el mundo.
l Romero generará hasta 80 MW para Google en exceso de lo que requiere su operación en Chile, la cual incluye su centro de datos ubicado en Quilicura y las oficinas de Google en ese país.
Los centros de datos son la columna vertebral de Internet, procesando y almacenando enormes cantidades de información. Por eso es esencial que éstos sean nutridos de energía renovable.
“En el caso de Chile, El Romero inyectará energía a la red eléctrica SIC (Sistema interconectado central) de Chile, la misma red que alimenta el centro de datos de Google”, explicó Sam Arons, Gerente de Ingeniería e Infraestructura de Google.
Otro dato a destacar del estudio es la gran contribución de la industria de energías renovables a la economía. En 2015, las energías renovables representaron $44 mil millones de dólares en el sector privado en los EE.UU. y $238 mil millones de dólares en todo el mundo (ACORE), generando 8.1 millones de puestos de trabajo a nivel mundial. Los proyectos de energía renovable de Google han dado lugar a inversiones en infraestructuras por más de $3,500 millones de dólares a nivel mundial.
“El logro de 100% de energía renovable es sólo el comienzo”, explica Bianco “El objetivo para Google a largo plazo es alimentar nuestras operaciones con energía limpia y libre de emisiones de carbono las 24 horas al día. Y la mayor de las metas es ayudar a crear un mundo donde todos —no sólo Google— tengan acceso a energía limpia”, destacó Arons.