Luego de un hiatus de casi 7 años Fadea vuelve a mover las máquinas, esta vez por un pedido de la mismísima Fuerza Aérea Argentina para la construcción de lo que será la próxima aeronave de entrenamiento.
El IA-100B es un entrenador biplaza, construido íntegramente en materiales compuestos, con aviónica digital tipo glass cockpit, tren retráctil y bajo costo por hora de vuelo. Junto al IA-63 Pampa III, busca reconstruir una línea de formación gradual de pilotos de la Fuerza Aérea, incluso pensando en el salto hacia sistemas más complejos como los F-16 recientemente incorporados. En su fabricación participaron más de 20 proveedores nacionales, un punto que la empresa destaca como clave para reactivar capacidades industriales locales.
Desde Fadea celebran el hito. “Es un orgullo para la Argentina volver a contar con una aeronave de fabricación nacional luego de tantos años”, afirmó su presidente, Julio Manco. Incluso mencionó declaraciones de interés desde Paraguay y Uruguay y conversaciones avanzadas con otros países de la región.
Un pasado que no levantó vuelo
Pese al anuncio, hay mucho pragmatismo respecto a si esta vez será diferente para una fábrica golpeada en las últimas décadas. Sin ir más lejos tenemos el ejemplo del Pampa III que llegó a fabricarse con bombos y platillos en 2019, luego de anuncios eternos y con una producción limitada de unidades, dado el poco presupuesto que tuvo la FAA en los últimos años.
Con la llegada de la administración Milei, desde las FAA buscan volver a dotar de músculo a las fuerzas armadas del país, con la llegada de los F-16 y una nueva apuesta a Fadea con este tipo de proyectos, que buscan complementarse con los ya trabajos de mantenimiento que vienen haciendo no solo a aeronaves militares, sino también civiles.
Lo que viene
Con más de 20 horas de prueba, el avión está cerca de lograr la certificación militar -y a posteriori civil- para su producción en serie. Una nueva apuesta de un Fadea que, como el ave fénix, una vez más, busca renacer para volver a los años de gloria.