La creación del Parque Nacional Ansenuza en junio de 2022, hizo que los ojos del mundo empezaran a posarse en un pequeño punto verde ubicado en el noreste de la provincia de Córdoba, atrayendo a turistas de diferentes latitudes, augurando un futuro esplendoroso para la localidad que tuvo su época de oro en la década del ´70.
Luego vino la inundación más grande, con la crecida más importante de la Mar, dejando sepultados años de esfuerzo: el 90 por ciento de su sector hotelero y comercial y cientos de viviendas, siendo más de 30 manzanas las que desaparecieron bajo el agua. Ello derivó en un gran éxodo de los pobladores.
Los años pasaron y los estudios pertinentes determinaron la cota máxima de la Laguna construyéndose la actual costanera con el convencimiento de que nunca más la localidad sería afectada por una inundación como en el pasado.
Eso permitió el regreso de muchas familias y nuevas inversiones, todo ello impulsado por la creación del Parque Nacional Ansenuza que tuvo como consecuencia directa una temporada récord y que el turismo ya no sea estival sino que se extienda durante todo el año.
Pero esta cuenca endorreica que recibe sus aportes de los ríos Dulce, Suquía y Xanaes, tiene un comportamiento cíclico: de subidas y bajadas, y ahora con la gran sequía que afecta a gran parte del país, se da un hecho histórico: el alejamiento del espejo de agua permitió emerger a la Miramar de hace 45 años atrás, la que permaneció sepultada durante todo ese tiempo bajo el manto salado.
¿Qué hacer ante todo ello?, eso fue lo que se planteó la profesora en Educación Física, Viviana Carignano quien motivada por su padre que lograba reconocer cada hotel, cada comercio, cada pista de baile de aquella época, decidió convocar a la historiadora local, Mariana Zapata, para juntas definir senderos guiados ofreciendo trekkings históricos y culturales a los turistas que llegaban y se interesaban por la rica y atrapante historia del lugar.
Así fue como en medio de un entorno que podría haber preocupado a los prestadores turísticos, este dúo supo descubrir y dar vida a una nueva oportunidad ofreciendo una nueva alternativa turística y el resultado en la gente superó todas las expectativas ya que al conocer las distintas historias y vivencias de los miramarenses, los visitantes se ven inmersos en un viaje en el tiempo, empatizan y se nutren de todo ese conocimiento, sabiéndose privilegiados por poder tener el registro directo de un pueblo que resurge después de más de cuatro décadas.
"El miramarense tiene ese espíritu de resistencia, de lucha, de resistencia, de estar preparado para lo que se viene, de estar preparado para la adversidad... Es un sujeto distinto", asegura la profe, ideadora de los trekkings que son el gran atractivo de esta temporada.
"El trekking hizo ruido en todo el país pero también en Europa, a través de las redes sociales. Me parece muy loco que una idea que surgió de una charla en una salida con mi papá a la Loma de los Indios, por el Camino El Pampero, se haya convertido en una propuesta turística que ha generado tanto interés en la gente", agrega Vivi.
Después de recibir en cada salida a más y más gente, Carignano ahora proyecta la colocación de carteles indicativos e informativos a través de códigos QR, la creación de un Museo Digital, crear un diseño arquitectónico en una maqueta de las 30 manzanas pre y post inundación... Las ideas son múltiples y el objetivo apunta al plano educativo y cultural.
"Queremos poner en valor estos espacios y contar nuestra historia", sostiene la guía recordando que comenzaron con una afluencia de 30 personas, en tanto que ahora todas las salidas son a cupo completo con más de 80 asistentes.
Para conocer próximas salidas: 3563 404226
En Instagram: @vivicarignano_synergiasalud