En el marco de las actividades programadas en Semana Santa, este sábado 30 de marzo -Sábado Santo- visitará la localidad del departamento Río Primero, cuna del Cura Brochero, Nicolás Flores.
Junto al público presente realizará el Circuito Brocheriano Rodante por cada una de las postas en donde hizo su paso José Gabriel del Rosario Brochero siendo niño.
La actividad está prevista para las 18.30h y será libre y gratuita. El recorrido inicia en el Templo Parroquial y pueden participar todos los interesados, ya que el trayecto será realizado en vehículos para facilitar la participación de adultos mayores y también de personas con movilidad reducida.
La impactante historia de Nicolás
El Santo Brochero ha demostrado su especial predilección por los niños. Los dos milagros que permitieron su beatificación y canonización fueron en niños. El primero de ellos y el cual permitió la beatificación del Cura Gaucho es Nicolás Flores.
Con 24 años su historia sigue conmoviendo. Cuando tenía apenas 11 meses sufrió un accidente de tránsito (en el que murió su abuela) y que a él le dejó graves daños cerebrales. Ocurrió en Falda del Cañete (Córdoba) el 28 de septiembre de 2000, donde perdió masa ósea del cráneo y masa encefálica.
Sin embargo pudo recuperar el habla y el movimiento, dos facultades que dependen exclusivamente de la parte del cerebro que perdió. La Ciencia no encontró explicación al suceso, la familia lo atribuyó a un milagro del Cura Brochero, a quien le pidieron incansablemente por la recuperación de su hijo.
Sandra Violino y Osvaldo Flores, los padres de Nico, siempre fueron devotos a Brochero, tanto que se casaron en su santuario y allí mismo bautizaron a su único hijo. Ellos contaron que Nicolás quedó con hemiplejia en su lado derecho, sufrió tres paros cardíacos siendo uno de ellos de 15 minutos, antes de confirmarse un traumatismo cerebral irreversible. "Nadie se explica cómo sobrevivió al golpe en su cabeza", comentan.
Fue Osvaldo quien en medio de esa situación desesperante, encomendó la vida de su hijo al Cura Gaucho: "Le hice respiración boca a boca y cuando sentía que se me iba, le pedí a Brochero que le salvara la vida. Así empezó todo…", contó.
A partir de ahí, todo lo que sucedió después no tiene explicación científica: "Al principio era un niño de trapo, no respondía a ningún estímulo, ni siquiera lloraba. El pronóstico médico fue que tendría una vida vegetativa", recuerda la mamá.
Pero el milagro ocurrió, Brochero escuchó a esos padres y Nicolás se recuperó: habla con fluidez, escucha y si bien sufre una hemiplejia, "se mueve bien por la casa", aseguran los papás.
El sábado estará en Villa Santa Rosa y su testimonio es la prueba viviente de que los milagros existen.