Los fondos municipales de vivienda surgieron en los Municipios y Comunas del interior ante la falta de respuesta por parte del Estado Nacional y Provincial a la gran demanda habitacional por parte de los vecinos que no podían acceder a créditos hipotecarios.
Desde hace casi tres décadas, se fueron consolidando y replicando de pueblo en pueblo, con distintas características constructivas pero manteniendo el objetivo central: brindar la posibilidad de acceder a la casa propia a las familias.
El valor de las cuotas era fijado en base al valor del metro cuadrado de construcción, pero al irse elevando significativamente este valor, se ofrecieron alternativas de medio metro cuadrado y de hasta un cuarto de medio cuadrado.
Con la inflación del último tiempo en el país y la imposibilidad de ir actualizando las cuotas al mismo ritmo por las realidades de las familias adherentes a cada plan habitacional, se produjo un desfasaje que ahora pone en riesgo la continuidad de los planes.
Lo que se percibe por cuota mes a mes ya no es suficiente para hacer frente a la compra de materiales que en algunos casos se mantienen suspendidas por parte de corralones y ferreterías ante la incertidumbre generalizada del país, y si se opta por tratar de resguardar lo recaudado en plazos fijos, los porcentajes de interés son sustancialmente más bajos que los de la inflación, por lo que en todos los casos el resultado final es pérdida.
En ese contexto, las autoridades municipales están prestando principal atención a la temática para poder dar cumplimiento a la continuidad de las construcciones pactadas con las familias y para que los planes no caigan después de tantos años en que fueron la única alternativa para miles def amilias.