Mié 13/08/2008
“Sonrisa constante es lo que buscamos”, dice
Alberto Grimoldi cuando habla de la expansión de su marca a través del sistema de franquicias. Y es que la empresa, que asegura analizar muy bien la “calidad” de gente que suma como franquiciada tiene que cuidar un negocio que, con 113 años en el mercado, aún sigue creciendo.
“Somos referentes para muchas marcas que quieren ingresar al mercado argentino y eso lo hemos logrado con el trabajo prolijo de tantos años”, dice Grimoldi. La empresa cuenta hoy con 74 locales propios, 10 franquiciados y 970 empleados en todo el país.
En el 2007 alcanzaron una facturación de $ 230 millones y si bien frenaron algunas nuevas aperturas y la ampliación de sus oficinas -después de la crisis gobierno/campo-, no resignaron las obras en la nueva fábrica. Así, el 5 de septiembre abrirán las puertas de su nueva planta en Arroyo Seco, provincia de Santa Fe, que ocupará a unos 150 operarios y con la que la marca aspira en un par de años a duplicar su producción actual de 500.000 pares al año.
“Porque es más difícil conseguir que vender los zapatos”, clarito, clarito sintetiza Grimoldi.
La empresa alegó que fue por la parálisis de ventas que representó el coronavirus. Agregó que estudiará hacerle una nueva propuesta a sus acreedores.