La final, que reunió a 100 invitados, se realizó en el Faena Arts Center y fue el reflejo de la diversidad que tiene la cocina de nuestro país mostrando proyectos gastronómicos de zonas tan diferentes como el Litoral, el centro del país y la Patagonia con productos autóctonos de sus regiones como pacú, queso de cabra y algas.
Gunther Moros se distinguió por el trabajo que viene realizando en El Soberbio, Misiones, con una propuesta de cocina regenerativa y preservación de la selva misionera inmerso en la Reserva de Biósfera Yabotí. El cocinero oriundo de Misiones fue premiado con un corcho bañado en oro tallado por el orfebre argentino Juan Carlos Pallarols y un viaje a Francia para poder realizar una pasantía en Mirazur de la mano de Mauro Colagreco. Además, recibió un premio económico de $ 2.000.000. Por otro lado, los otros dos proyectos finalistas obtuvieron un corcho bañado en plata, también realizado por Pallarols y un premio económico de $ 1.000.000 cada uno.
A esta instancia también llegó Juan Cruz Galetto (finalista en la primera edición del Prix Baron B - Édition Cuisine), con el proyecto “La Matilde” de San Javier en Traslasierra, Córdoba, con una propuesta de cocina de proximidad, orgánica y biodinámica. En esta oportunidad el jurado le otorgó el corcho de plata. Desde Chubut, Carola Puracchio, con su proyecto “Amar Algas” desde el pueblo de Camarones, poniendo en valor la gastronomía patagónica, la utilización de algas en sus platos y las materias primas del Atlántico Sur.
“El plato que elegimos para el concurso fue diseñado pensando en dos cuestiones: La primera, que todos los productos sean de producción propia, desde el queso de cabra, la manteca, las gírgolas, las flores, las hierbas, las hojas. Por otro lado, que sea vegetariano, porque este concurso premia la sustentabilidad entre varias cosas, y este es uno de los ejes más importantes de La Matilde como proyecto, donde la producción orgánica y biodinámica tienen tanta relevancia y se respetan los ciclos de la naturaleza. Además, el no incorporar carne nos permitió jugar un poco también con un plato diferente y salirse un poco de lo tradicional y eso me pareció diferente y divertido al mismo tiempo”, indicó Juan Cruz.
Los tres proyectos fueron evaluados por un jurado de excelencia tras las presentaciones de los chefs finalistas. El panel estuvo presidido por Mauro Colagreco, ganador de seis estrellas Michelin: tres por su multipremiado restaurante Mirazur, una por su restaurante Ceto en la Costa Azul y dos más por Côte en Bangkok y The K en Suiza. Lo acompañaron Pablo Rivero, reconocido empresario gastronómico y sommelier, creador de “Don Julio” y “El Preferido”, así como la chef boliviana Marsia Taha, jefa de cocina de “Gustu” y premiada como la Mejor Chef de Latinoamérica en 2021 según la lista de los World's 50 Best Restaurants. También formó parte del jurado Pedro Bargero, destacado referente de la gastronomía argentina, quien lideró el restaurante Chila que en 2023 se transformó en Amarra, una nueva iniciativa que promueve la diversidad culinaria en el país.
En esta oportunidad, más de 100 proyectos de todo el país se habían postulado entre mayo y julio para concursar en la 6ta edición del “Prix Baron B - Édition Cuisine”. Este premio es reflejo de los grandes proyectos gastronómicos integrales que hay en cada rincón de la Argentina, que se destacan por su sustentabilidad, visión transformadora, la utilización de materias primas regionales, la innovación técnica y su relación con el entorno. En cada edición este premio ha ido creciendo y se ha convertido en el certamen gastronómico más prestigioso para la gastronomía nacional.
Desde 2021 Juan Cruz, nacido y criado en Córdoba, lidera el equipo de cocina del restaurante “DeAdobe”, junto a su esposa Yanina, dentro del complejo La Matilde, una posada rural ubicada en Traslasierra, Córdoba, camino hacia San Javier. Fundada en 2009, con la visión de integrar la producción sostenible con el turismo y la gastronomía, la filosofía de La Matilde se basa en la autosuficiencia y el respeto por el medio ambiente, utilizando técnicas agrícolas que siguen el calendario biodinámico. Esto no solo garantiza la calidad y frescura de los productos, sino que también promueve un equilibrio natural en el ecosistema. Todo el proyecto está construido con materiales ecológicos como adobe y revoques de barro, minimizando la huella de carbono, utilizando energías renovables y promoviendo la armonía con la naturaleza.
“Los tres proyectos tienen una visión transformadora y los tres trabajamos para mejorar tanto la gastronomía como el cuidado de nuestra tierra. Participar en este premio además de darle visibilidad al proyecto es un aventón de energía positiva para seguir haciendo lo que venimos haciendo y saber que venimos trabajando bien”, finalizó el cordobés.