La novedad llega con una propuesta clara: unificar en una sola caja los tres bombones más emblemáticos de Ferrero (Rocher, Raffaello y Rondnoir) y ofrecer una experiencia variada en texturas y sabores sin necesidad de elegir. Para los fanáticos de la marca, es casi una degustación guiada; para quienes buscan un regalo elegante, es una solución lista para entregar.
Aunque Ferrero ya tiene presencia histórica en el país, desde 1993, la llegada de esta presentación responde a un movimiento global de la compañía por reforzar su segmento premium. La caja de 7 unidades, que desembarca justo en temporada de reuniones y brindis, apunta a un público que busca un detalle cuidado, accesible en tamaño, pero con la distinción que caracteriza a la marca.
El estuche combina:
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Ferrero Rocher, el más célebre del trío: avellana entera, relleno cremoso y cobertura crocante.
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Raffaello, la alternativa sin chocolate, con almendra y coco, que en Argentina tiene un público fiel.
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Ferrero Rondnoir, la opción de chocolate amargo que completa el recorrido sensorial para quienes prefieren sabores más intensos.
El diferencial no es sólo el contenido: Ferrero trabajó en un packaging especial para esta edición, con una estética más sobria y “regalable”, acorde a la temporada y al creciente hábito de obsequios gastronómicos de pequeño formato.
El veredicto: pequeño, elegante y con impacto
Con un precio que se ubicará dentro del rango habitual de la línea Rocher (según canal y punto de venta), la Collection busca convertirse en uno de esos productos que aparecen rápido en el carrito cuando llegan las fiestas. Y lo logra: estética cuidada, tres sabores complementarios y el peso simbólico de una marca que ya es parte de las celebraciones argentinas.