Con el comienzo de la pandemia en marzo de 2020, la actividad judicial de Argentina entró en un receso, del cual fue saliendo paulatinamente, dependiendo de las prioridades establecidas por el Poder Judicial y de la capacidad de cada eslabón del sector jurídico de retomar su actividad sin riesgos. Lograrlo, en muchos casos, implicó la reducción de la concentración de personas en los diferentes tribunales y juzgados; pero la solución más efectiva (y también una de las más resistidas) fue la digitalización de todos los procesos.
Argentina, al igual que otros países de la región, se ha rezagado en la carrera por el reemplazo de los formatos físicos por los digitales: el dinero en efectivo, las boletas, la correspondencia impresa, los formularios, expedientes y carpetas de documentos de existencia tangible; un paradigma que en gran parte del mundo se viene dejando de lado desde hace tiempo. Nuestros países precisaron de una situación extrema como la que nos rodea hace poco más de un año, para repensarse en un correlato digital.
A nivel mundial, el sector jurídico ya hace un tiempo que viene atravesando un fuerte proceso de digitalización, que está agilizando muchos de los procedimientos tanto judiciales como del día a día de los juristas que se desempeñan en este ámbito. Por ejemplo, ya se realizan consultas y declaraciones a través de videollamadas, la confección de contratos y otros textos legales se realizan en segundos y con menos errores gracias al Machine Learning, los expedientes digitales han reemplazado a los físicos (y se avanza en la digitalización de todo lo que subsiste en papel), ya se pueden procesar grandes cantidades de expedientes y encontrar jurisprudencia a través de la Inteligencia Artificial y el Big Data.
Obviamente, todas estas herramientas que han tenido un impacto significativo en diferentes ámbitos del campo del Derecho precisan de niveles de seguridad mayores, debido a la sensibilidad de la información que manejan. Aquí es donde se destacan otros aportes de la tecnología como las firmas tokenizadas y el blockchain. Y día a día aparecen nuevos desarrollos que van dando forma a esta nueva manera de concebir a lo legal, a la que algunos han denominado “Derecho 4.0” o “LegalTech”.
Los que aún no se han enfrentado a la transformación digital pueden no haber perdido completamente la oportunidad, pero están bajo la presión de adaptarse para mantenerse al día con las necesidades del mercado. También es importante destacar que todas estas tecnologías favorecen las tareas cotidianas de los profesionales del sector, pero siempre la última instancia del cambio recae en las personas y cuando estas poseen mejor información, toman mejores decisiones. Es por ello que, en la gestión legal, ya no es una cuestión de “si”, ni “cuándo”; sino de “cómo”.
Cómo estar preparado para la ola digital
Para poder analizar este paradigma, desde Thomson Reuters invitan a participar del panel “Nueva normalidad: ¿Tu equipo legal tiene lo que necesita para ser exitoso?”, una actividad gratuita dirigida a abogados, que abordará las tendencias en materia de transformación digital de la práctica jurídica.
¿Cuándo?
El próximo miércoles 7 de julio, a las 11 horas de Argentina. Los interesados podrán inscribirse a través del siguiente link: https://bit.ly/3wnICJG.