Es una boutique, pero de juguetes y elementos de placer y sensualidad. Y está montada como tal sobre calle Nicaragua al 5000 en Palermo, donde a los productos típicos de placer sexual se suman talleres y actividades para descubrir y vivir una sexualidad más plena.
La cara y el alma detrás del proyecto es Francesca Gnecchi, periodista y con un diplomado en sexualidad en el Centro de Estudios de Sexualidad de Chile, una instancia de formación que hoy no existe en Argentina.
"Como toda la categoría, la pandemia nos implicó un boom de ventas y consultas y -en mi caso- me animó a complementar el canal de ventas online con esto que es una boutique erótica. Acá no hay vidrios tapados", explica Gnecchi.
“El arte erótico, los cuerpos desnudos, y los artistas que se dedican al erotismo, en muchas ocasiones, parecen no tener lugar en las exhibiciones tradicionales quedando así destinados a la vista de unos pocos. Lo mismo ocurre con los espacios dedicados al placer sexual, se encuentran ocultos, como prohibidos, como si fuesen lugares dedicados a quienes se animan, espacios tabú. Por lo que la idea de crear un lugar en donde se encuentren de una forma armónica ambos mundos y se abran a que podamos ir naturalizando los cuerpos, la sexualidad, el placer y que nos abramos a explorar y aprender más sobre la temática me pareció una hermosa forma de que en Argentina podamos sacarle el manto de prohibido a lo que debería ser parte de la vida”, resume.
Con distintas líneas de productos, Erotique Pink ya importa de manera directa algunas líneas (las más tecnologizadas), pero también se abastece de proveedores locales, como una línea de juguetes sexuales hechos en piedra y que son -además- objetos artísticos en sí mismo.
Además de los productos típicos como sex toys y lencería, Erotique Pink se anima a los productos de fetichismo, culto, bondage, sado. "Uno de los talleres que dictamos aborda el BDSM y también tenemos cursos de poliamor y relaciones abiertas, arte burlesque y -el más demandado- de sexo tántrico".
Y hablando de alta demanda, entre los juguetes sexuales la estrella del 2020 fueron los succionadores de clítoris, que -según la marca- pueden rondar los $ 7.000 y llegar hasta los $ 25.000 en modelos integrados a una aplicación que permite controlarlos por el celular.
“Hace ya varios años que trabajo en la investigación y difusión de la sexualidad en nuestro país con el objetivo de que cada vez podamos naturalizar mucho más la temática y unamos el placer con la educación, por lo que considero que un espacio así era necesario”, explica Francesca Gnecchi, directora y fundadora del negocio que además dicta el curso "Cita con uno mismo" donde aborda el autoplacer.
Arte y parte
La boutique posee una obra permanente y exposiciones temporales bajo la curaduría de Lulú Jankilevich, artista visual y curadora de arte erótico, que se pueden visitar y adquirir tanto en el lugar como en la tienda online. La colección permanente posee obras de artistas argentinos como Daniel Juarez, Lucia Herlitzka, Jankilevich, Matías Maroevic, Alejo Dillor, Desiree De Stefano, María Guallar que trabajan bajo soportes como la fotografía erótica, la pintura, la escultura y el muralismo.
“En nuestro país el mercado de productos para adultos siempre estuvo liderado por hombres por lo que entrar en este mundo y traer una nueva forma de verlo me parece liberador. Erotique no es solo un lugar de venta de productos eróticos sino que busco conjugar la educación con el erotismo, el placer y la salud sexual con una mirada de género y de inclusión”, explica Gnecchi.