El Pepero Day nació de una costumbre estudiantil: regalar esa golosina con forma de palito para desear buena suerte y amistad. La fecha, 11 de noviembre (11/11), alude justamente a la figura del snack: cuatro palitos alineados que se convirtieron en símbolo de afecto y consumo compartido.
La tradición creció tanto que Lotte Confectionery, fabricante del Pepero desde 1983, decidió oficializarla. Hoy, casi el 50% de las ventas anuales se concentran en los días previos al 11 de noviembre, según datos de la compañía.
El ritual tiene algo de San Valentín, pero más relajado: se intercambian Pepero entre amigos, parejas o colegas como muestra de cariño o gratitud. Y aunque nadie sabe de dónde salió la superstición, muchos cumplen con el curioso “ritual del 11:11”: comer 11 cajas a las 11:11 a.m. y 11:11 p.m. para atraer buena suerte.
El Pepero también conquista paladares argentinos
En Buenos Aires, la tendencia ya se siente. Supermercados asiáticos (especialmente los del Barrio Chino) suman distintas versiones del snack, mientras que tiendas de conveniencia coreanas como Gangnam Express celebran la fecha con lanzamientos especiales: este año, una edición limitada sabor Mochi.
Además, durante la Expo Corea en Costa Salguero, el evento gratuito organizado por la Embajada de Corea, habrá stands dedicados a este ícono cultural. Entre los protagonistas estará NeoGeo, empresa pionera en importar Pepero a la Argentina hace más de 20 años.
Hoy el clásico sabor original convive con versiones almendra, white cookie, crunchy, maní, frutilla, choco cookie, sésamo, y ediciones limitadas como matcha, menta o injeolmi (inspirado en el tradicional mochi coreano con harina de soja tostada).
Según datos de la importadora, las ventas de Pepero en Argentina crecieron un 2400% desde 2003 y ya se comercializan en más de 550 puntos de venta en todo el país. Los más elegidos: el original y el white cookie.