Hace algunos días Iñigo me comentaba lo que había leído al respecto, con un “Interesante, ¿no?”. Mi respuesta fue: “Sí, el único problema aparece cuando tenés que recargar combustible…”.
Más allá de la humorada (que dejamos de lado, ya que pueden aparecer ingeniosos comentarios), creo que se trata de un desarrollo muy atractivo, como una forma alternativa de procesar hidrógeno, diferente a la hidrólisis del agua.
El proceso químico consiste en obtener hidrógeno a partir de Amoníaco y Urea, lo que se convertiría en un proceso menos costoso que el actual a partir del agua.
Por supuesto que no es tan simple como “cargar orina y poner el motor en marcha”, pero sin dudas es un camino interesante en la búsqueda del reemplazo de los combustibles fósiles.
Además no solo los automovilistas se verían favorecidos por esta tecnología, también algunas granjas y emprendimientos ganaderos.
No le veo una aplicación inmediata (hoy) en la industria automotriz pero es interesante que se esté trabajando en ello.