Cómo son las estufitas de bolsillo (que no consumen ni gas, ni electricidad) que revolucionan el mercado

(Por Diana Lorenzatti) ¿Alguna vez te imaginaste tener dentro del bolsillo una “estufita” que dé calor por un rato? Este “producto mágico”, para los amantes de los guantes y los que no también, es innovador, cálido y práctico. Silvana, su creadora, comenzó a comercializarlo en Buenos Aires y hoy lo lleva a todos los rincones del país. 

Las “estufitas de bolsillo” se crearon principalmente con la idea de un uso médico, al proporcionar un calor seco el objetivo era su utilización para dolores musculares, contracturas y otras cuestiones corporales similares, también para deportistas. Silvana fue consciente que su producto era innovador y decidió diseñarlo de una manera más amena, linda y llamativa, para poder ofrecerlo a sus clientes como una especie de “estufita” calentadora de manos para utilizar en la vida cotidiana pero sobre todo en invierno. 

Las estufitas fueron pensadas para venderse en regalerías, comercios de diseño, accesorios y moda, vienen en varios colores, en forma de corazón o circular. Su tamaño es de la palma de una mano, lo cual la hace práctica para llevar a todos lados. “El boom fue cuando participamos de la feria de Puro Diseño con un stand exclusivo de este producto y la rompimos toda. Tuvimos muy buena recepción del público”, comenta Silvana. 

¿Cómo se utiliza? 

El contenido de la estufita es un líquido (como si fuese un gel) y dentro hay una chapita que al presionarla se activan las moléculas internas y por la reacción química empiezan a generar calor, que llega hasta los 55°C. Una vez que alcanza su temperatura máxima la duración es de 15 minutos y luego ese gel queda en estado sólido. Para volver a utilizar la estufita, se debe “ablandar” ese líquido: hay que hervirla solo por 5 minutos, esos cristales se disuelven, se deja enfriar en la mesada y ya está lista para un nuevo uso.

Lo mejor de la estufita de bolsillo: su vida útil. No tiene limitaciones ni cantidades de uso, puede durar años. 

“Funcionan super bien y también es una opción para regalar. Es un mimo y realmente te hace la diferencia tenerla”, dice Silvana.

Silvana y su socia venden las estufitas por menor y por mayor, realizan envíos a todo el país (en Córdoba capital se pueden encontrar en la tienda Puro Diseño). Venden a grandes comercios y a personas particulares que desean probar el producto y quedan “encantadas”. Su valor ronda los $ 3.000.

Con respecto a distribuir este producto a otros países, la dueña comenta que reciben muchas consultas de comercios de países limítrofes pero no es algo viable en este momento por las limitaciones actuales en la exportación.

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