Una curiosa nueva investigación científica suma un beneficio extra para el futuro vencedor del Mundial de Qatar 2022: esta asegura que, como efecto de ganar la Copa Mundial de la FIFA, el Producto Bruto Interno (PBI) de dicho país puede crecer.
Así lo indica un nuevo paper publicado por el investigador Marco Mello, de la Universidad de Surrey, Inglaterra: "Ganar la Copa Mundial de la FIFA aumenta el crecimiento del PBI en al menos 0,25 puntos porcentuales en los dos trimestres siguientes", apunta como conclusión.
A menos de 20 días del inicio del Mundial, la Argentina tiene gran expectativa por el seleccionado dirigido por Lionel Scaloni y capitaneado por Lionel Messi: con 35 partidos invictos, la albiceleste se posiciona como una de las favoritas para alzarse con el mayor trofeo.
En contraste con la alegría que la Selección Nacional genera en la población en general, la situación macroeconómica de la Argentina es delicada debido a la fuerte erosión del poder adquisitivo a raíz de la inflación que espera cerrar el año en torno al 2022.
En este contexto, un aumento del PBI "de regalo" sería para el presidente Alberto Fernández un bálsamo a su figura y la de todo el oficialismo de cara a las elecciones presidenciales del año entrante.
El país que gana el mundial aumenta su PBI: el curioso informe
El estudio fue realizado por Marco Mello, un estudiante de doctorado de la Escuela de Economía de la Universidad de Surrey, en Inglaterra, y este analiza si es que existe un patrón entre ganar un mundial de la FIFA y que la productividad de dicho país aumente.
Esta conexión se trata de una suerte de mito urbano que tanto analistas económicos como periodistas deportivos sostienen cada vez que se acerca un mundial. Según el autor, "esta convicción popular se basa en la idea de que las competiciones deportivas más vistas y prestigiosas aumentan la confianza de los consumidores y de los inversores", quiénes tienen el "potencial de afectar el ciclo económico".
Frente a esto, Mello decidió comprobar la teoría y utilizó datos históricos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para definir una respuesta científica.
Tras considerar números de cada uno de los países ganadores desde 1961 en adelante, Mello explica: "Al implementar un diseño de estudio de eventos y una estrategia sintética de diferencias en diferencias, el análisis muestra que ganar la Copa Mundial de la FIFA aumenta el crecimiento del PIB en al menos 0,25 puntos porcentuales en los dos trimestres posteriores".
Según especifica el estudio, "este resultado parece impulsado principalmente por un mayor crecimiento de las exportaciones", lo cual va de la mano con "el mayor atractivo que disfrutan los productos y servicios nacionales en el mercado global después de la victoria de un evento deportivo importante".
Este efecto, explica Mello, se observó con particular fuerza el año posterior a la victoria de Brasil en el Mundial de Japón 2002. Pese a estos resultados, cabe resaltar que Mello tomó a la Argentina como un "país de control", es decir, sin copas del mundo.
Esto se debe simplemente a una cuestión técnica: el cálculo trimestral del PBI en la Argentina comenzó a relevarse en 1996, 10 años después de que la albiceleste ganara su último mundial, por lo que el análisis se vio obligado a incluir al país en el grupo de control.
Finalmente, el candidato a doctorado explica que este efecto económico indica que "ser el país anfitrión de la Copa Mundial de la FIFA no aporta ningún beneficio económico significativo, al menos en el corto y mediano plazo", aunque sí lo hace ganar el evento.