AGUSTIN SZAFRANKO
La reciente suba del dólar blue, tras varias semanas de una calma relativa, reavivó las tensiones en el mercado de cambios y las dudas sobre si podría alimentar la ya elevadísima tasa de inflación que volvió a acelerar en marzo y que no parece que vaya a reducirse significativamente en abril, pero los analistas matizaron esta posibilidad.
Sin ser su causa, el tipo de cambio es uno de los mecanismos de transmisión de la inflación y, en contexto de restricciones para la compra de moneda extranjera, las cotizaciones paralelas adquieren cierta relevancia para el termómetro de la economía real. Entre ellas, la del dólar blue, cuyo impacto puntual puede ser más indirecto que una depreciación oficial como la que ocurrió en 2018.
Los especialistas coinciden en que incluso la reciente suba de esta cotización informal es todavía muy gradual y escasa en magnitud como para aportar incertidumbre y alimentar las expectativas de inflación, que no paran de crecer pero por motivos diferentes.
Martín Vauthier, de la consultora Eco Go, explicó que el Banco Central adquirió un poder de fuego suficiente para calmar la eventual escalada de la tensión cambiaria gracias a los ingresos extraordinarios derivados de las exportaciones de productos agrícolas con precios internacionales en niveles muy elevados.
"No veo que vaya a generar un cambio significativo en los números de inflación en los próximos meses. Salvo un salto abrupto, que no estamos viendo aunque sí una presión al alza gradual y continua, el Banco Central tiene margen para intervenir siempre y cuando se mantengan los ingresos de dólares de la agroindustria en estos precios internacionales", comentó.
Así, consideró que el impacto de la brecha puede plasmarse en escenarios de alta incertidumbre donde se percibe que la diferencia entre cotizaciones "no tiene techo" y obliga al Banco Central a endurecer el cepo y el ingreso de importaciones. "Si en algún momento empieza a haber un movimiento más rápido, el agro empieza a liquidar menos y se restringen más importaciones ahí si se podrá ver un efecto más significativo sobre la inflación", indicó Vauthier.
Una cerrazón del cepo que dificulte la importación de insumos o de bienes finales podría generar faltantes de productos o elevar los costos de reposición, con lo que en ese punto sí se generaría una filtración de la brecha que afecte la dinámica de los precios, algo que por el momento no se vislumbra. Por el momento, el flujo de divisas del agro asegura cierto colchón al Central.
Gabriel Caamaño, de Consultora Ledesma, considera que la suba del dólar blue sucede por los mismos desequilibrios fiscal y monetario que provocaron en las últimas semanas un incremento de las expectativas de inflación. "Lo mismo que hace que se disparen las expectativas de inflación está impulsando al dólar blue", argumentó, en referencia a las inconsistencias del panorama fiscal y monetario y las perspectivas de mayor emisión monetaria para cubrir el déficit primario.
"En este caso, al ser el dólar paralelo es un impacto muy indirecto sobre la inflación y creo que estaría reflejando más el cambio de expectativas que otra cosa. Las dos cosas son resultados de lo mismo", agregó Caamaño.
A pesar de este impacto amortiguado, las expectativas de inflación subieron significativamente, en especial luego de que el dato oficial de marzo arrojara un 4,8% y dejara un 13% para el primer trimestre, lo que virtualmente ya echa por tierra las posibilidades de que se cumpla la meta oficial de 29%. Los analistas esperan que se supere esa cifra en agosto, con cuatro meses de antelación.