Se trata de un silo rectangular de 7 x 4 metros, construido en caño y tejido olímpico, con techo de chapa y piso de cemento, cuya inversión fue de aproximadamente $ 575.000. Walter explica que también fue necesario invertir en un camión para buscar los productos, que muchas veces no son depositados por los mismos productores.
Enmarcado dentro del programa “Agrolimpio” la dirección y administración del centro está realizada por un privado, pero es controlado y fiscalizado por la Secretaría de Agricultura. “En este centro de acopio los envases se retiran periódicamente y se les otorga a los productores un recibo de Agro-limpio”, explica Walter.
Específicamente, la ley 9164 establece que si el productor no tiene recibo de Agro-limpio de los envases de la campaña anterior, el distribuidor de agroquímicos no puede venderle productos. De esta forma se garantiza que los envases fitosanitarios no se entierren, prendan fuego y/o se comercializan sin el control adecuado.
“Estos productos, una vez depositados en el acopio, son retirados para cumplir un proceso de reciclado en donde se los tritura, muele, lava, seca, etc. Su fin último es el envainado de fibra óptica, baldes de albañilería y postes”, explica Walter.
¿Qué materiales son aceptados?
Como es de suponer, al tratarse de materiales que han estado en contacto directo con sustancias de toxicidad alta; los envases vacíos fitosanitarios tienen que cumplir ciertos requisitos, para que sean aceptados en el acopio y posteriormente reciclados. Algunos de estos son: que deben estar limpios, con triple lavado o lavado a presión, secos y con las tapas separadas del envase (por supuesto, limpias y secas).
Específicamente, en Acopio Tirolesa se depositan/retiran los siguientes tipos de materiales:
- Envases plásticos (bidones de 20 lts, 10 lts, 5 lts, y 300 cm3).
- Baldes (de 20 lts, 10 lts y 5 lts).
- Cajas de cartón de distintos tamaños, abiertas, sin bolsa de plástico, sin nylon, enferdadas (con hilo o alambre) y embolsadas.
- Silobolsas (limpias y secas).