En el informe reciente publicado por el ADP Research Institute, se destaca que la brecha salarial entre hombres y mujeres continúa aumentando, y las proyecciones indican que esta tendencia negativa se mantendrá en el mercado laboral. El informe, titulado "People at Work 2023: A Global Workforce View", revela datos preocupantes sobre los aumentos salariales recibidos por hombres y mujeres.
Según la encuesta realizada a más de 32.000 trabajadores en 17 países, durante el año 2022, los hombres experimentaron un aumento salarial promedio del 6,7%, mientras que las mujeres solo recibieron un aumento del 6%. Estos resultados muestran una desigualdad significativa en los incrementos salariales entre ambos géneros. Además, las expectativas para el próximo año también reflejan esta brecha salarial persistente. Los hombres esperan un aumento salarial promedio del 8,5%, mientras que las mujeres prevén un incremento del 8% en sus salarios.
El panorama argentino
En Argentina, los hombres reportaron haber experimentado un incremento salarial del 86,67% durante el año 2022, mientras que las mujeres recibieron un aumento del 82,51%. De cara a los próximos 12 meses, los hombres argentinos esperan recibir un aumento salarial del 89,68%, mientras que las mujeres anticipan un incremento del 85,67%.
Estos datos revelan que, a pesar de los constantes debates sobre la brecha salarial, esta situación ha empeorado debido a diversos factores que han afectado tanto a la región como al mundo en general. La crisis económica derivada de la inflación es uno de los principales eventos que ha contribuido a este deterioro en la brecha salarial.
Como consecuencia de lo mencionado anteriormente, se evidencia que los incrementos salariales para las mujeres no se mantienen al mismo ritmo que los de los hombres. En medio de la crisis del costo de vida actual, esto se vuelve aún más difícil de sobrellevar, especialmente para las mujeres. Por esta razón, es de suma importancia que los empleadores implementen sistemas sólidos que detecten inconsistencias y desigualdades en la remuneración del personal, con el objetivo de corregir las disparidades salariales entre hombres y mujeres. En caso contrario, esta injusticia puede perpetuarse, generando falta de motivación y socavando la lealtad de los empleados, y en el peor de los casos, provocando una fuga de talento femenino que perjudica seriamente la reputación de la marca y el rendimiento del negocio.
Los trabajadores más jóvenes y los de mayor edad también expresan preocupación acerca de cómo serán considerados por sus empleadores en términos de aumentos salariales y primas el próximo año. Según el informe, solo el 50% de los jóvenes de la Generación Z (de 18 a 24 años) espera recibir un aumento salarial en su empresa actual en los próximos 12 meses, una cifra similar a la de los trabajadores mayores de 55 años, que es del 49% (véase el gráfico siguiente). En contraste, alrededor de dos tercios de los demás grupos de edad tienen expectativas de recibir un aumento salarial. Del mismo modo, sólo un tercio (33%) de la Generación Z y menos de tres de cada diez (27%) de los que se acercan a la edad de jubilación creen que les espera una prima, frente a aproximadamente dos de cada cinco de sus compañeros de trabajo.
De igual manera, pasar por alto tanto a los trabajadores con experiencia como a los jóvenes talentos podría ser una visión limitada, aunque se argumente que tiene sentido desde una perspectiva financiera. Sin embargo, existe el riesgo de perder habilidades y potencial vital si los trabajadores perciben que pueden obtener un salario más alto en otro lugar. En otras palabras, esto podría aumentar el fenómeno conocido como "dimisión gris" y poner a los empresarios en riesgo de no comprometerse con la nueva generación que se está incorporando al mercado laboral.