Lavagna parece hasta terco en su visión, pero ya estuvo ahí y pide que se lo juzgue por sus resultados: “Este no obsesionado por los equilibrios fiscales obtuvo los mayores superávits”, dijo -en relación a sí mismo- ayer en el almuerzo de la Bolsa de Comercio.
Y cuando a la hora de las preguntas la colega Laura González lo “aguijoneó” sobre “cómo” hacer para financiar el crecimiento que todos desean, resumió: “No va a ser con ajuste que lleguemos al equilibrio fiscal; proponer el crecimiento no es despreocuparse por las cuentas públicas, sino resolver este tema por el camino corriente”, explicó el candidato acompañado de su compañero de fórmula, Juan Manuel Urtubey.
En la mirada de Lavagna, va a ser el sector privado quien motorice el crecimiento, siempre que haya un correcto “balizamiento” desde un plan macroeconómico. “Si seguimos con el ajuste, pueden pasar 10 años para volver al crecimiento. Y en eso Grecia -lejos de un buen ejemplo- es un fracaso y muestra que no es el camino”, enfatizó.
En el diagnóstico del exministro de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner, la reestructuración de la deuda argentina es “inevitable” y -además- cree que muy probablemente sea con quita de capital y no “a la uruguaya”, como piensa Alberto Fernández.
Para Lavagna, Argentina tiene tres componentes de recursos “parados”: los recursos naturales (estamos entre los 20 países más dotados del mundo), recursos humanos (dijo que tenemos un “bono demográfico” con gente con capacidad productiva que no trabaja) y hasta recursos de capital, si se piensa solo en los US$ 70.000 millones que salieron del país en los últimos cuatro años.
“Cuando la economía crece hace posible incluso las reformas que parecen más difíciles”, dijo al finalizar su charla.