El director del Centro de Estudios Nueva Mayoría, comenzó afirmando que “en una visión de mediano plazo, esta elección deja algo bastante claro: la posibilidad que Argentina derive hacia un régimen populista del estilo Venezuela, se terminó”.
“El resultado electoral arroja que no hay consenso social para ese tipo de modelo en la argentina hoy”. Una de las razones, según añade, es el cambio de aire político en la región, que ha virado desde la supuesta ola de la izquierda a un aire derechista que, tal parece, se irá intensificando de cara al ’23. Otros de los motivos es la relación del peronismo con las clases populares, donde remarca que “si algo demostró esta elección es que esa estructura del manejo de los sectores populares está en crisis”.
Así, la gran preocupación ya no pasa por ser Venezuela, sino por cómo se mantendrá la gobernabilidad en estos dos años que siguen. Al respecto, Fraga cree que será difícil y que dependerá de la voluntad política tanto del oficialismo como la oposición, las cuales carecen de un liderazgo definido en ambas partes, con un Frente de Todos con internas de poder y un Juntos por el Cambio donde sus tres principales líderes: Macri, Bullrich y Larreta, buscan jugar la carta presidencial en el 2023.
En el caso de Milei, la nueva estrella de la política, cree que seguirá creciendo, pero que tendrá un techo, ya que responde a un ala populista de derecha corte Trump, que ha visto con cierta ventaja en la región.
¿Rompé, Pepe, rompé?
Ante la pregunta de si ve posible una ruptura de la colalición de gobierno que derive en la aplicación de una Ley de Acefalía -en el peor escenario- Fraga no cree que sea un escenario posible, “Cristina se puede radicalizar, pero no puede tener éxito, porque el país se ha decidido por la oposición”. Además, sostiene que, dentro de la coalición, pese a las rispideces, la actitud “peleadora” de CFK se ve diezmada por un Alberto Fernández que no busca pelea y que, con apoyo del sindicalismo, busca mediar lo mejor posible para calmar las aguas en un juego de poder bastante complejo.
Schiaretti, nuestro posible Biden argentino (con peros)
“Schiaretti lo va a intentar, es su última chance”, asegura el analista, pero cree que no la tendrá fácil, ya que “todos los gobernadores peronistas han quedado en una situación difícil”. En el caso del cordobés no ve que haya salido fortalecido en la elección de medio termino, añadiendo que su mejor chance la tuvo junto a De la Sota en 2015, por lo que su posible carrera a la Rosada tendrá obstáculos que sortear en busca de consolidarse como una alternativa de poder con la capacidad de asumir las riendas de un país que pide reformas estructurales.
La visión de Diego Martínez Burzaco
Durante la cita en el Holiday Inn de Córdoba estuvieron presentes empresarios y periodistas con Rosendo Fraga. Lucas Carmona y Agustín Jáuregui de Ceibo Gestión, socios de la investtech, fueron los anfitriones del encuentro. En la oportunidad, Diego Martínez Burzaco, head of Research & Strategy en Inviu, dio un panorama económico donde cree que la clave de la gobernabilidad será el acuerdo del FMI, que será suficiente, pero no todo para acomodar la delicada situación.
Así, desde Inviu, sostienen que los resultados del domingo tendrán un impacto en el tipo de cambio, con una aceleración del crawling peg, pero que seguirá habiendo incertidumbre sobre la posibilidad de uno de tipo discrecional.
Por el lado inflacionario, esperan un nivel mensual del 3% como piso, con un paulatino descongelamiento de tarifas y combustibles. ¿Y las tasas de interés? Bien, gracias, con poco incentivo del gobierno en llevarla a un terreno neutral contra la inflación.
Bendito acuerdo
Respecto a la posibilidad de acordar con el Fondo, Diego sostiene que el gobierno mostró su carta el pasado domingo, con la presentación de un plan plurianual, pero que desde la oposición no colaborarán si el oficialismo no asume los costos del desarme de las distorsiones.
¿Crecemos?
No mucho. Desde Inviu advierten que el primer semestre habrá un crecimiento “mediocre” de la economía y que los salarios seguirán corriendo por detrás de la inflación. En cuanto al mercado, el acuerdo con el FMI podría aumentar la demanda de bonos, pero en las acciones se continuará con la especulación sin tendencia definida, al menos, hasta 2023.