Únicos en Argentina, los lápices Suyana nacen de la mano de los hermanos Miranda: Dagma, licenciado en Gestión de Negocios y Matías, técnico en Gestión Ambiental. Descartando la idea de reciclar papel (que demandaba maquinaria e infraestructura), estos jóvenes mendocinos resolvieron aplicar la técnica de la reutilización. “El papel cambia su función; pasa de ser soporte para escribir a envolver el grafito que permite escribir”, explican.
Así comenzaron a abastecerse de todo tipo de papel (de resmas, revistas, pero principalmente de diarios) de la planta de Residuos Sólidos Urbanos de General Alvear, de donde son oriundos. “El 60% de los desechos que llegan ahí son papel y cartón”, sostienen.
El producto final (el lápiz de 15 cm que dura igual que uno de madera) es el resultado de un procedimiento 100% artesanal. Con una hoja de diario de doble carilla se obtienen 8 unidades, es decir que con poco residuo se logran varios lápices.
Primero cortan el papel de acuerdo a las medidas que necesitan, luego lo desinfectan, insertan el grafito con un pegamento (que está diluido en agua para no generar tanta concentración) y van enrollando la hoja. A medida que se va envolviendo la mina, se va compactando el rollo para obtener la forma del lápiz.
Como queda húmedo, el producto pasa a la etapa de secado. “En Mendoza, de los 365 días del año, 300 son soleados por lo que aprovechamos la energía del sol y así el producto es aún más sustentable”, manifiesta Matías. Finalmente, se lijan algunas partes, se saca punta (igual que un lápiz de madera) y se pegan los stickers (personalizados o con el nombre Suyana).
El objetivo es generar un consumo responsable (adquirir lo necesario y desechar lo menos posible). Se fomenta un cambio en el comportamiento de la persona, observando el cuidado del medio ambiente. Por eso los emprendedores complementan su proyecto brindando charlas y capacitaciones en escuelas (los niños son más proclives al cambio de actitud en este sentido). Es más, muchas instituciones educativas propusieron ser centros recolectores de papel.
Suyana comercializa los lápices sin packaging (fiel al espíritu de no generar residuos) y a futuro desea instalar máquinas expendedoras en las escuelas públicas y privadas. De esta manera, el niño o adolescente podrá ingresar su billete y obtener solo el producto que le haga falta (esa opción no está disponible con los lápices tradicionales, ya que si se gasta o se pierde solo uno, hay que comprar toda una caja completa para poder reemplazarlo).
Para el próximo año Suyana tiene pensado diversificar el negocio y comenzar a elaborar lápices de colores (por el momento, solo hacen el negro) y montar un lugar propio para la confección del producto, lo que traerá aparejado el empleo de mano de obra (por eso la propuesta se enmarca dentro de la economía de triple impacto).
¿Cómo adquirir un Suyana?
El producto se comercializa a través de diferentes canales. Muchos los adquieren en disertaciones o capacitaciones donde los emprendedores se presentan. También se consiguen en librerías de distintos puntos del país como por ejemplo en La Plata, Mendoza, San Rafael (y próximamente Córdoba).
Y si ninguna de esas dos opciones es viable, a través de la Fan Page o Instagram, los interesados pueden hacer su pedido y abonar con Mercado Pago o Ualá. “Generalmente tenemos stock pero nos manejamos con pedidos. Fuera de la provincia de Mendoza el mínimo es de 200 lápices y cada uno cuesta $ 15”, aclara Matías.
El emprendimiento también es muy bien recibido en las empresas, algunas de las cuales ceden sus residuos de papel a cambio de lápices que salen etiquetados con su marca. Tarjeta Naranja, la Universidad Nacional de Cuyo y Toyota tienen sus propios lápices de papel.
“Llevamos vendidos casi 10.000 unidades desde el lanzamiento en junio y ya nos están pidiendo en grandes cantidades. También nos consultan desde México, Nicaragua, Brasil, Guatemala, Uruguay, Chile, Colombia y España, y si bien aún no hemos hecho envíos internacionales, no descartamos hacerlos en un futuro”, finaliza Matías.