Sin dudas que todos los sistemas productivos en el sector agropecuario han ido cambiando con el correr del tiempo, enfocándose en la sobreproducción, reduciendo espacios para poder disponer de más jaulas, implementando medidas industriales para lograr el objetivo.
Pero la creciente exigencia de los consumidores por saber cómo se produce lo que comen, el interés por el bienestar animal y la demanda creciente de alimentos orgánicos y sustentables, está poniendo en relevancia el trabajo de los pequeños productores.
En la zona rural de Santiago Temple, a unos 100 kilómetros de la ciudad de Córdoba, Silvia Smit decidió hace unos años iniciar la cría de gallinas ponedoras para la producción y venta de huevos caseros, poniendo el foco en la calidad de vida del animal, lo que en otros términos es la avicultura alternativa, donde la principal diferencia con la avicultura industrial está relacionada con los volúmenes y las formas de producción donde básicamente se evita el confinamiento de las aves.
Así es como retomó las costumbres de sus padres y abuelos, creando amplios corrales en lugar de diminutas jaulas en donde el ave permanece casi inmóvil. Para la mujer, que el animal esté en libertad le permite una sobrevida superior (de un año a tres); una producción sostenida en el tiempo y un producto final orgánico y natural.
Actualmente cuenta con unas 200 gallinas ponedoras, de distintas edades, a las que va sumando nuevas partidas cada año. Para ello adquiere las pollitas ponedoras bebé, y desde ahí se encarga de que la alimentación sea la adecuada, diversificando entre las raciones de balanceado específico necesario para cubrir los requerimientos nutricionales básicos. El resto, es alimentación natural que la gallina consigue en el campo que se encuentra delimitado por un tejido, manteniendo el contacto directo con la tierra, el pasto, los insectos, y todo el ecosistema circundante, pudiendo picotear en derredor de ellas.
Con ello se busca que la vida de la gallina se desarrolle en un ambiente más amigable, sin estrés, y de la manera más sustentable.
Actualmente logra una producción diaria de cinco maples, es decir de 150 huevos, que comercializa en las zonas urbanas aledañas como: Villa del Rosario, Capilla del Carmen y Santiago Temple. Silvia comentó que durante dos veces al año, la producción decae por el desplume de la gallina y durante el invierno, reduciéndose a dos maples diarios.
Acerca del tiempo que le lleva a la pollita comenzar a poner huevos, indicó que recién a partir del sexto mes de vida, comienza la producción.
En nuestro país, la producción avícola involucra a más de 100 pequeñas y medianas empresas de capital nacional y a una gran cantidad de pequeños y medianos avicultores que trabajan, por lo general, con mano de obra propia o familiar.
En cuanto al consumo de huevos en Argentina, desde la Cámara de Productores Avícolas, Javier Prida informó que se consumen 314 huevos por persona al año, siendo el objetivo llegar a los 365 para garantizar el consumo de un huevo por día por habitante.
Cabe señalar que para que la producción de huevos biológicos, ecológicos u orgánicos, revista esa categoría, los productores no deben tener más de 500 aves, ni usarse antibióticos, promotores de crecimiento, ni insecticidas, los que en todo caso serán reemplazados por productos naturales o de banda verde, de baja toxicidad.
Para adquirir los huevos orgánicos: 3574 405032.