Lucas Recalde llegó al reciclado por convicción y de la mano la oportunidad de ocupar mano de obra que no es requerida en otras industrias. 3C Construcciones tiene un compromiso de triple impacto: ambiental, económico y social.
El vínculo con diversos actores tales como escuelas, universidades y municipios ayuda a multiplicar las opciones y a mejorar la calidad de vida de más personas “la clave es que trabajemos todos juntos para resolver nuestras problemáticas comunes como son el desempleo de jóvenes con baja formación académica y problemáticas varias y la contaminación ambiental que generamos a diario”, destacó el fundador de la empresa.
Hoy 3C realiza casas con fardos elaborados a partir de botellas de plástico. Lucas mencionó que hubo que sumar la lógica empresarial a una iniciativa que solo veía residuos en lugar de oportunidades de negocio.
3C nació de la pregunta de “¿cómo pensar tecnologías para emplear a chicos que no podían trabajar de la manera tradicional?”. De esa manera también buscó dar soluciones al empleo vulnerable y entender que no hay una cultura del trabajo sino varias. “Es tan fuerte el propósito que tiene esta empresa por la que fue creada que nos da toda la energía necesaria para seguir”, sostuvo.
En la región, la municipalidad de Colonia Caroya adquirió, tiempo atrás, la tecnología de la Firma y creó una cooperativa de trabajo con personas vulnerables que fabrican los fardos que serán usados en construcciones municipales varias, por su lado la Municipalidad de Sinsacate colaboró con la donación de botellas que son recuperadas en la separación de residuos del pueblo y así avanzar la recopilación y recuperación de más de materia prima.
En la actualidad los vínculos se retomaron, en este caso, para acompañar el emprendimiento de la Fundación Huellas y los padres de la Escuela Olga Cossettini que llevan adelante el compromiso de crear su propia escuela.