Dedicó muchos años de su vida a ser médica, trabajó ejerciendo la profesión por mucho tiempo y en muchos lugares, hasta que en el año 2020, marcado por la pandemia, sus vivencias como profesional "imposibles de describir con palabras", hicieron necesaria la acción de tomar nuevas decisiones en su vida y volver a replantearse su futuro laboral en función de su nueva forma de ver la vida.
Ella conocía el arte de tejer desde los 5 años, y ante las situaciones que su profesión demandaba en plena pandemia, volvió a conectarse con este arte como una forma de sanar, volvió a mirar a las tejedoras como una profesión del alma, donde además este oficio lo podía realizar con la cercanía de su familia y en su propio hogar. Tejer, para ella, devolvió luz de felicidad a la mirada de sus ojos.
Conectarse nuevamente con el arte de tejer para sanar hizo que toda su vida vuelva a replantearse… ¿hasta dónde el esfuerzo de una profesión puede valer la pena?¿Qué costo estaba dispuesta a pagar para ser seguir siendo una profesional exitosa? …. Después de vivir la pandemia desde la "primera línea de ataque" pudo descubrir que éstas respuestas siempre estuvieron en su interior… tejer era una forma de sanar y de vivir…
Comenzó a estudiar de manera autodidacta e investigar nuevas técnicas de tejido. Primero comenzó haciendo prendas y accesorios para sus familias y amigos, y después, incentivada por ellos, decidió comenzar a vender sus productos. Desde ese día se convertiría en una emprendedora. Eligió un nombre que la representara, Vecchita, en honor a su abuela que tejía pero que no llegó a conocer.
Así, pasaría de ser doctora, a ser una emprendedora. Comenzó a tejer prendas y productos decorativos para el hogar con tejido a crochet, creando cada producto con amor en cada una de sus puntadas y también encontró la vocación en la docencia, transmitiendo sus saberes a otras personas.
Como si fuera poco, su pasión por el tejido hizo que comenzara a diseñar patrones, llevando estas técnicas a tejedoras de todo el mundo. Además el año pasado publicó un artículo suyo en el libro “Tramando Latinoamperica 3° Edición”, un libro donde tejedoras de diferentes técnicas y diferentes países publican sus diseños propios. Posteriormente, agregó a su línea, su propia Agenda y Cuaderno de Tejedora, con diseño y contenido propio, el producto terminado se comercializa en Argentina y el PDF para imprimir se vende a muchos países como España, EEUU, Colombia, Chile, Puerto Rico entre otros y se desempeñó como capacitadora de la Universidad Popular de Villa Parque Santa Ana, transmitiendo sus conocimientos y su amor por el tejido a otras personas.
Todos sus productos son artesanales, de diseño propio en su gran mayoría. Al ser artesanales llevan su tiempo de preparación, dependiendo de la prenda puede demorar hasta 12 días su confección.
“Ser emprendedora es la mezcla perfecta entre materializar tus ideas, manejar tus tiempos y poder disfrutar de tu familia.
Es llevar adelante una tarea, con muchísima pasión, dedicación, esfuerzo y entusiasmo. Es crecimiento puro…un día sos la fotógrafa, otro la diseñadora, otro la contadora, la community manager, y el sin fin de tareas que esto desprende. Para mi ser emprendedora es un viaje, lleno de valentía, fe, búsqueda, y mucha creatividad. Y como dice alguna frase por allí: Cuando amás tanto lo que haces deja de ser un trabajo", afirma Karina.
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