En un capítulo que será recordado por mucho tiempo en el sector, el presidente Alberto Fernández participó de un acto en el que estaba toda la plana mayor de la industria automotriz en la sede del sindicato Smata, como muestra de unidad ante una crisis que pegó a todos, pero muy fuerte a este sector. El anfitrión fue Ricardo Pignanelli, dirigente peronista histórico de Smata.
Mientras el acto continuaba -Alberto llegó, habló y se fue- el ministro de Hacienda Martín Guzmán enviaba al Congreso un mega proyecto para enfrentar la crisis en el que había un capítulo para la industria automotriz. Allí se propone una fuertísima suba a los impuestos internos a los autos, una herramienta que en el pasado la había usado el entonces ministro Kicillof para evitar la fuga de dólares vía la compra de bienes dolarizados como son los autos.