Cuando asumió Mauricio Macri, muchos pronosticaron una invasión de marcas chinas, por el levantamiento del cepo cambiario y las mejoras en los trámites de importación. Además, la familia presidencial fue pionera con los autos chinos (trajo Chery hace más de 10 años) y el propio presidente se juntó en 2017 con Anning Chen, responsable de la compañía.
Sin embargo, el aluvión chino fue solo de marcas: gran cantidad desembarcaron en el país y todavía faltan otras, pero el volumen de negocios es mínimo. En septiembre, por ejemplo, 9 marcas chinas vendieron todas juntas 125 autos en Argentina.
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