Ferrari, la mítica marca del Cavallino Rampante, es conocida a nivel mundial por crear los bólidos más increíbles e exclusivos desde hace años. Pocos conocen que la marca con sede en Maranello quiso ingresar al mundo de las motos. La marca contrató al diseñador británico David Kay, quien fue el encargado de crear la Testarossa.
Esta pieza era la única que faltaba para poder saciar a todos los grandes usuarios capaces de acceder a un Ferrari. Al crear esta maravilla, lo que no se vieron venir fue la caída de su precio por la falta de demanda.