En la flota de vehículos de la SEAB figuraban una serie de furgonetas AZU y AK, los conocidos furgones de Citroën realizados sobre la base del 2CV. Un día, una de estas furgonetas sufrió un accidente de cierta importancia en el que el conductor salió indemne, pero en el que la carrocería quedó seriamente dañada, no así la mecánica.
De la Poype decidió no reparar la furgoneta porque tenía una idea en mente: quería realizar una carrocería de plástico para instalarla sobre una base Citroën. Así crearía un auto completamente nuevo, orientado al mercado de los vehículos comerciales, capaz de cargar elementos voluminosos como si de una pick-up se tratara, pero que ofreciera además la posibilidad de cerrarse como una pequeña camioneta o abrirse completamente, como un descapotable de dos plazas.
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