Manejo defensivo, ¿de qué se trata?
(Por José Manuel Ortega) El manejo defensivo es tan simple de entender como su nombre lo indica. ¿Por qué muy poca gente lo pone en práctica?”.
Sin pretender encender nuevamente la mecha, -siendo hombre- creo que somos más temerarios, a veces irresponsables, en el manejo diario. Incluso, muchas veces es hasta bien visto practicar un manejo ofensivo, prepotente, en síntesis, “no dejarse avasallar por los demás”. “Pegás primero o te pegan”.
En la otra vereda, el manejo defensivo es definido por esa palabra: no solamente no agredir a los demás con un manejo arriesgado, más aun, es estar a la expectativa de lo que pueden hacer los demás, algo muchas veces impredecible.
Manejar a la defensiva no es ser “nerd” como dicen los chicos.
Si nos “pegamos” al auto que va delante nuestro, será muy difícil evitar un accidente si aquel realiza una mala maniobra, ya que no tenemos margen para reaccionar a tiempo.
Si yo coloco el guiño media cuadra antes de doblar y transito por la derecha disminuyendo la velocidad, estoy ayudando a que los demás estén prevenidos de mi maniobra. Si por el contrario, no lo coloco, o lo hago al doblar, corro el riesgo de ser chocado.
Por eso suelo decir que tener un manejo defensivo no es solo una medida a favor del resto, es también una forma de cuidar la vida y –mucho menos importante- el vehículo propio..
Las normas de tránsito deben ser respetadas “siempre”, esto debe quedar claro. Pero si se va a cometer una infracción, por lo menos, debiera tomarse el mínimo recaudo (balizas, guiños, señas con la mano ,etc.) para que los demás lo sepan.
Sí, ya sé, el tema no es tan simple. Taxistas y remiseros se “largan” como sea a capturar a un pasajero, los “delivery” y muchos motociclistas sortean la muerte en cada -hiper arriesgada- maniobra entre autos, al milímetro. Tambien es verdad que los colectiveros realizan un gran aporte en este sentido. Y la Municipalidad, porque las calles son un desastre, deben esquivarse cráteres, no se respetan los horarios de carga y descarga, y varios “peros” más.
Ahora, de una vez por todas, dejemos de echarle la culpa a los demás. Basta de justificarnos en base a la mala conducta del resto. Terminemos con las frases comunes “estaba muy apurado”, “estaciono solo unos minutos en doble fila” y muchas otras excusas.
Intentemos practicar un manejo defensivo y respetuoso. Si cada uno de nosotros hace el poquito que le toca, seguramente la situación mejorará y tenderemos a ser un país civilizado también en la conducción. Que así sea.