4,9% es luz verde. 5,0% es luz amarilla intensa. Más de 5,1% es luz roja. Ninguno de los tres números que muestre el IPC de diciembre que se conoce hoy cambiará la vida de nadie, pero en lo simbólico será mucho más relevante que en las matemáticas.
¿”Boqueó” Sergio Massa cuando le dijo a Perfil que la inflación de diciembre tendrá un 4 adelante o el Indec de Marco Lavagna (sí, el que aún no sabe cuántos argentinos contó el Censo) le “aseguró” el dato?
El IPC de noviembre dio 4,9% y repetir ese número sería un “logro” para la gestión Massa, sobre todo porque diciembre es un mes estacionalmente caliente.
Que el promedio de precios al consumidor esté por arriba del 5%, en cambio, dejaría la sensación de que se empieza a complicar la hoja de ruta que “promete” un IPC con un 3 adelante para abril.
La estabilidad de Sergio Massa es tan frágil que cada día es una final. Cada vencimiento de deuda, cada jornada con el blue recalentado, cada cierre del BCRA en el mercado de cambios puede iniciar un cataclismo como en el “efecto mariposa”.
Los números no le vienen dando mal al ministro en varios frentes: esta semana se supo que la “balanza turística” fue buena en noviembre: cayeron fuerte los egresos del país por el “dólar Qatar” y crecieron los ingresos desde países vecinos (uruguayos, chilenos y brasileños que se han dado cuenta que estamos muy baratos).
La utilización de la capacidad instalada de la industria, por caso, también está en un nivel aceptable: 68,9%% en promedio, un dato que muestra que el nivel de actividad sigue siendo bueno y que nos acercamos a un 70% que marcaría la necesidad de nuevas inversiones (en muchos se harán o no según el contexto político luego del año electoral).
Hoy a las 16 en punto, los zócalos de las pantallas de TV, los informativos de radio y los portales de noticias dirán si el IPC de diciembre dio con un 4 o un 5 adelante del decimal. 4,8% será como ganar el Mundial. 5,2% como irse al descenso.
La tribuna mirará el ida y vuelta de la pelota sabiendo que si toca la red puede caer de cualquier lado. Muchas veces es mejor tener suerte que tener talento.