Candonga Villa Serrana está en el ejido pretendido de la comuna de El Manzano, a 45 km de la ciudad de Córdoba. InfoNegocios llegó a este lugar saliendo de la capital por la ruta provincial E-53, y luego de recorrer unos 10 km aproximadamente por camino de ripio, mientras el paisaje del bosque nativo acompañaba con su verde después de unos meses de mucha lluvia.
Durante todo el día recorrimos parte de las 150 hectáreas que posee el emprendimiento, 70 de las cuales son destinadas a espacios verdes y en el resto se encuentra el loteo de este barrio que cuenta con 188 lotes, que van desde los 2.500 m2 y tiene como principal atractivo la Capilla de Candonga, aquella de estilo colonial, que data de 1730, y que originariamente fuera oratorio de la Estancia Santa Gertrudis y más tarde declarada monumento histórico nacional.
Hablamos con Luciano García, gerente general de Candonga Villa Serrana, sobre esta primera temporada de verano post pandemia y nos cuenta: “Fue muy buena, hubo mucho movimiento, recibimos gente de diferentes provincias que antes no venían tanto. Nos ayudó mucho ofrecer una propuesta integral, con los servicios conexos a la gastronomía, como la cabalgata, huerta, recorrido histórico. Nuestros clientes nos eligen y nos recomiendan”.
El Día de campo llegó para quedarse, y este año se agregó el hospedaje, está la posibilidad de quedarse a pasar la noche en cabañas súper modernas o bien en casas de alquiler. Los fines de semana se suman eventos y proyectan para lo que resta del año, recorridos educativos para colegios, si es que la pandemia del COVID-19 los permite y actividades para jubilados o en familia, con amigos.
En Candonga se puede desayunar, almorzar, merendar y cenar, en el restaurante que en la antigüedad fuera la casa principal de la estancia: “Antes trabajábamos a la carta y luego comenzamos con el Día de campo para que la gente además pueda usar las instalaciones, disfrutar lo natural; tenemos una guía que acompaña y petiseros”, nos cuenta Luciano, quien trabaja con gente de la zona, que generalmente llega desde El Manzano, Salsipuedes, El Pueblito, Agua de Oro y Cerro Azul.
La gastronomía tiene como opción comidas de la región y en especial utiliza todo lo que se produce en la huerta. Todo lo que se usa en el restaurante es de calidad y producido por Candonga, siempre varía según las frutas y verduras de estación que se cosechan en un imponente espacio destinado para ello de 3 hectáreas, donde encontramos aromáticas, frutas y verduras, señalizadas y en perfecto estado, que no solo abastece al restaurante, sino que arman bolsones agroecológicos (y en invierno conservas, blends de té) que llevan los días viernes a Córdoba.
La propuesta de Día de campo con almuerzo, que incluye cabalgata, pileta, recorrido por la huerta y molino está en $ 2.250 por persona, y el adicional de la merienda en ese paquete tiene un valor de $ 2.500. Una cabaña para dos personas oscila entre los $ 9.000 y $ 12.000 la noche, variando, ya que hay cabañas y casas con distintos niveles de comodidad; todas incluyen desayuno.
Su proyecto inmobiliario
El desarrollo inmobiliario en este paraje de sierras chicas comenzó a proyectarse en el año 1995 y recién en el año 2010 obtienen la licencia ambiental para desarrollar. Hoy están presentando los planos necesarios para que el barrio sea regulado en cuanto a servicios, en la comuna de El Manzano, que está a 8 km.
La superficie promedio de los lotes residenciales es de 2.500 m2, pero van desde 1.660 hasta 4.600 m2: “De la primera etapa quedan 30 lotes disponibles y estamos empezando a comercializar la segunda etapa de venta del loteo que abarca 80 hectáreas. El metro cuadrado cuesta entre US$ 10 y US$ 13, pesificado a un valor intermedio entre el dólar oficial y el dólar blue”, señala María de los Ángeles, gerenta de Comercialización.
El mínimo para construir es de 80 m2 según reglamento interno, y hoy podemos ver que además de la construcción tradicional comienzan a surgir varias obras que se realizan bajo conceptos de arquitectura sustentable, se está construyendo mucho con sistema pet, con la utilización de botellas prensadas.
“Actualmente trabajamos el sistema de 3C, que es un sistema de construcción ecológico, que utiliza botellas plásticas y revestimiento de cemento”, nos afirma María de los Ángeles, quien además cuenta que la paleta de colores que utilizan las casas es acorde a los colores que predominan en el lugar de clima semi árido. Por otro lado, se reproducen especies nativas de árboles y se implantan alrededor de unas 200 por año.
Los servicios con los que hoy cuenta el loteo son mixtos, según nos confirma la encargada de la comercialización: “Tenemos hecho el cableado subterráneo para la luz, ahora estamos en tratativas con la Cooperativa de Agua de Oro. El servicio de agua es propio y se prevé que cada lote recupere el agua de lluvia. En esta etapa de comercialización del loteo, estamos entregando todos los lotes con energía solar y ya todos los propietarios están optando por eso, por la sustentabilidad y la economía”.
El proyecto se nutre de sí mismo todo el tiempo. Los principales interesados en invertir en este negocio son de Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe. También hay gente de otros países que por el momento se interesan en el alojamiento. Todos los propietarios de lotes de Candonga Villa Serrana hoy pueden acceder a los servicios de la estancia con precios especiales, tienen un 20% de descuento en el restaurante, productos de la huerta agroecológica, pueden utilizar la pileta y acceder a los paseos a caballo.
El loteo primero se presentó como segunda vivienda, para fin de semana y veraneo, pero con la pandemia muchos propietarios decidieron buscar otra forma de vida, más cerca del verde e instalarse allí. Hoy hay varias familias viviendo de manera permanente en la villa.
Uno de los socios mayoritarios de Candonga Villa Serrana es Alberto Spagnolo, abogado y economista, quien nos cuenta sobre el comienzo de este proyecto: “En su momento compré 8 participaciones acá, este era un lugar que me encantaba, venía mucho de chico, y la familia materna era titular de una estancia muy grande en el departamento Colón, que luego se fue fragmentando por cuestiones familiares; me daba vueltas la idea de hacer algo por este lugar y pudimos conectar y comprar 150 ha, donde el epicentro era la capilla de Candonga”.
“Comenzamos con la reconstrucción de la casa principal, la edificación donde está la hostería la había habitado una señora portuguesa, doña Isabel, que llegó desde Portugal, y se enamoró de un maestro rural, entonces se quedó a vivir. Ellos han construido sobre el casco original de la estancia. Aún conservamos dos cuartos y medio de aquella “casa grande” del encomendero, a quien en momentos de la corona española, se le encomendaba la tarea de organizar una unidad económica en el asentamiento indígena que vivía a la vera del río. La capilla es el oratorio de la estancia, el símbolo del proceso de colonización que hacían los españoles”, nos relata Spagnolo.
Como toda estancia colonial (no fue jesuítica), tenía la casa grande que históricamente se la menciona con 4 cuartos, la casa del encomendero, el oratorio que es la capilla, el molino y la huerta, la unidad productiva de alimentación. Esta estancia lo que hacía principalmente era producir y proveer mulas, venían caravanas desde Buenos Aires que renovaban mulas para quienes iban rumbo al Cerro del Potosí, para la producción del mineral de plata.
El negocio mular fue el negocio más importante de Córdoba en el siglo XVIII. Los corrales del muladar han quedado dentro del desarrollo. El molino estaba tapado y la cava también. Esto era parte de la estancia colonial y el objetivo siempre fue la conservación del patrimonio histórico, mostrar la capilla en el entorno que le daba sentido a la capilla, en este casco de estancia” nos relata un poco de la historia del lugar Alberto, mientras observamos el espacio que alberga utensilios de antaño y recrea esos espacios, conservando una puerta original de aquellos tiempos.
“En su momento pusimos el lugar en valor y nos propusimos tener bien presente la sustentabilidad en el lugar y ya estamos cambiando el concepto de basura por ejemplo. Se recupera todo, hasta el aceite de cocina, que luego de un proceso, lo utilizamos para pintar. Tenemos 6 estaciones de compost y también cortamos ramas con la chipiadora, que utilizamos en el jardín. Por otro lado, recogemos semillas de árboles nativos, las germinamos y tenemos buena cantidad para implantar de chañar, tala, algarrobo, entre otras especies” afirma el dueño del lugar.
Le consultamos a Spagnolo, quien tiene una vasta experiencia en finanzas, sobre si es un buen momento para invertir, ya que el mercado se movió mucho en el último tiempo y nos afirma: “Córdoba al ser una de las principales exportadoras de granos, tiene un excedente dolarizado importante, por lo que ha habido mucho desarrollo inmobiliario en la ciudad y alrededores; asentado sobre ese flujo de recursos, se pudieron concretar las operaciones. En el caso de Candonga, la crisis de la hotelería aglomerada y tradicional acá no la tuvimos porque está todo muy separado. Acá se puede invertir y obtener una renta porque tiene mucha demanda el lugar”.