El sexo sigue siendo un tema tabú. Sin embargo, los locales que venden productos eróticos (aceites, lencería, vigorizantes) y “juguetes” (consoladores, vibradores, etc.) siguen creciendo. Aunque lo hacen de manera desordenada, muchas veces con poco control de calidad de sus productos (incluido el del Estado) y en un nicho donde la venta en negro es común.
Sin embargo, una empresa porteña viene creciendo a pasos agigantados desde que arrancó en este negocio, a principios de 2000. Se trata de SexShop Argentino, que ya tiene 14 sucursales (7 en CABA, 7 en GBA) y planea expandirse en el interior.
“Nosotros tomamos esto con mucho profesionalismo y esa es la clave de nuestro crecimiento- cuenta desde la empresa Javier Bardi-, al ser este un producto íntimo, desarrollamos un sistema de trazabilidad similar al que tiene un medicamento ”, explica.
La firma desarrolló una estética de sus locales, una marca y un método de venta (cada local tiene su reglamento de trabajo) que incluye un aceitado sistema de venta on line a todo el país. En 2015 vendió más de 70.000 productos. Es decir, un promedio de ocho por hora.
“El año pasado comenzamos una importante campaña de publicidad para consolidar la marca y tenemos mucho interés en abrir nuestras propias sucursales, primero, para luego desarrollar un sistema de franquicias”, cuenta.
Particularides de un negocio diferente
Las ventas en un sexshop están muy ligadas al humor del comprador. Así, 2007 y 2011 fueron los mejores años en ventas y se comercializa más en vacaciones (enero, febrero y vacaciones de julio son los picos)
Los cambios en los clientes también se reflejan en el canal comercial. Hace 15 años este tipo de locales estaba en una galería, medio escondido. Hoy, Sexshop Argentino tiene la mitad de sus locales a la calle y con un layout similar al de una boutique.
En ese sentido, Bardi también comenta que hoy las mujeres tienen menos prurito a la hora de comprar.
Los clásicos y las novedades
El “bananín” un consolador de 19 cm de largo por 2 cm de ancho , las “balitas” (esferas estimuladoras), y el King Kong (un consolador de color negro de 45cm por 11 de ancho) son los productos “que siempre se venden, son como los clásicos para los juegos eróticos”, señala.
Entre las novedades que ingresaron en los últimos meses y que según Bardi sorprenden en cantidad de ventas están la bomba de vacío que estimula los músculos de la vagina y “la chupaleta”, una rueda con lenguas para la estimulación de la mujer. (GL)