-¿Por qué cuando la tecnología les ofrece la posibilidad de multiplicar la oferta educativa, la Siglo 21 decide apostar a inversión en infraestructura edilicia?
-Sin dudas, el modelo de la Siglo 21 es una educación mediada por la tecnología, independientemente de la modalidad que el alumno elija. Al Campus, concurre un segmento de la población que tiene la oportunidad de acceso a un espacio premium; no obstante, todos los alumnos de la Siglo 21 acceden al mismo modelo académico. La plataforma de estudio, las diferentes comunidades de aprendizajes, son iguales para todos; esa es la demanda que hoy la tecnología permite resolver. Nuestra inversión en el Campus se realiza porque entendemos que la modalidad presencial es tan importante como las otras y tanto el Experimenta 21 como el anfiteatro han venido a darle robustez a este proyecto de César Pelli con que nació este Campus. Nos motiva ver los chicos apropiándose de los lugares y no solo viniendo al aula a recibir conocimientos de manera formal; sino también llegando a buscar formarse desde lo extracurricular. De esta manera, la propuesta se potencia. Cultura, deportes como proyección de la propia creatividad en una comunidad tan diversa, es un capital también.
- Siguiendo esta línea, ¿cómo va a funcionar el Experimenta 21? ¿Cuáles son sus objetivos?
- Nuestra meta es que la mayor cantidad de errores se cometa en el aprendizaje y ese es un objetivo del edificio. Los alumnos deben pasar al menos cuatro veces por semestre a hacer una práctica, con una calificación. Hay un profesor de aula y otro del Experimenta que conforman una cátedra. Si bien los alumnos van a empezar a concurrir a este edificio desde marzo de 2017, hoy ya están los profesores probando la tecnología: cascos virtuales, simuladores, imágenes 3D, pantallas holográficas. Los profesores son un capital inmenso de esta universidad, se suman y potencian los proyectos institucionales. El Experimenta 21 ha superado ampliamente el sueño inicial, nuestros docentes ya se pasan horas ahí investigando qué más se puede enseñar con esta tecnología y especialmente, pensando qué más se puede practicar allí.
- ¿Cuánto costó su implementación?
- Aún no tenemos la cifra total de la inversión. Empezamos con este edificio hace dos años, superando muchas limitaciones con las que nos encontramos para importar, hoy vamos avanzando ya que la tecnología se modifica con mucha rapidez, lo que nos exige que esta foto que vamos a tener el próximo 27 de octubre se actualice permanentemente para mantenerse siempre vigente.
- Pasando al ámbito académico y teniendo en cuenta el país diverso en el que la Siglo 21 está inserta, ¿la propuesta educativa se planifica teniendo en cuenta la oferta productiva de cada zona?
- Sì, tenemos un matriz nacional, con una oferta global. Ya estamos trabajando por nichos y por segmentos, contemplando demandas que vienen de las provincias. Por ejemplo, toda la demanda de capacitación en comercio internacional es muy significativa en la zona portuaria; programas de seguridad y criminalística son programas en los que se forman cada vez más alumnos de Santa Fe, Mendoza y Córdoba, lamentablemente, por la temática. Los alumnos son los que van regulando esas tendencias y nosotros vamos ofreciendo los programas. Las sedes van definiendo qué carrera tiene mayor potencialidad.
- ¿Qué pasa con las carreras tradicionales?
- Se siguen buscando. Hay una tendencia en la Argentina a que los alumnos elijan las carreras tradicionales pero, cuando las instituciones provocamos con programas interesantes otro tipo de desarrollos, los alumnos responden. Este año, nosotros abrimos licenciaturas en Innovación Periodística; en Criminalística; en Seguridad e Higiene. Uno observa el interés de los alumnos cuando la oferta aparece. Nuestro compromiso está en seguir innovando con nuestra oferta en el entendimiento de que las carreras son una respuesta a un fenómeno social. Nosotros trabajamos con un método que nos permite unir las tendencias del mercado y los gustos de las personas. Por ejemplo, en Monterrey hace unos 15 años, en la institución en la que yo trabajaba, se creó la carrera de mecatrónica (una ingeniería que nuclea la robótica, la mecánica y la electrónica) se inscribieron 10 personas y esos 10 alumnos se ubicaron en los primeros seis meses y la carrera explotó. Es muy importante la correlación entre el proyecto país y el desarrollo universitario, están asociados. En nuestro caso, apostamos a Ingeniería en ciudades inteligentes y otras cuatro ingenierías no tradicionales que aun están en análisis en el ámbito del Ministerio de Educación. Gestión en desarrollo de la salud y otras propuestas educativas en áreas sociales forman parte del compromiso de la universidad con el país. Carreras vinculadas al petróleo, el gas o la negociación, son también nuestros desafíos, hoy.
- ¿Cómo se conecta la universidad con el secundario?
- El ministro Bullrich fijó como criterio de su gestión una necesaria articulación del secundario con la universidad. Nosotros ya venimos siendo muy perseverantes en buscar soluciones y tender puentes. El problema con el que nos encontramos no es del ciclo anterior, es de un sistema que enfrenta nuevos desafíos o tiene problemas. Tenemos en ese sentido, varios proyectos. Uno de ellos inserta profesores nuestros en los quinto año del secundario a dictar materias con formato universitario, y un grupo de profesores de materias básicas del secundario trabajan en la universidad en las cátedras de los primeros años. La idea es entender la lógica del chico que termina con un formato y arranca con otro casi abruptamente, y ver cuáles son los vasos comunicantes que están rotos entre los sistemas: la autonomía del alumno es uno, por ejemplo.
La mala noticia es que todo el trabajo que se viene haciendo no alcanza. Por eso, hemos empezado a implementar a partir de investigaciones propias una serie de tests para determinar competencias del alumno para ejecutar el proceso de enseñanza-aprendizaje sin fracasar. La idea es que el alumno se conozca aprendiendo y que los profesoras armen sus cátedras a partir de esas competencias. Es un trabajo monumental pero hemos mejorado los puntos de alumnos regulares y alumnos promocionados entre un 7 y un 10 %, lo que para los volúmenes de alumnos que nosotros manejamos (alrededor de 55.000) es un gran avance.
- ¿La universidad se abre al mundo? ¿Cómo se proyecta esa etapa?
- La universidad desde hace unos meses ya transita por esta etapa, con contenidos en español, portugués e inglés, con un diseño de programas y de certificación de diplomaturas que impacta en las competencias del mundo laboral. Son propuestas muy segmentadas, dirigidas a nichos específicos.
Lo que se busca es brindarle al alumno, en cualquier lugar del mundo, competencias que le permitan ascender en su trabajo, hacer mejor su tarea o conseguir especialidades. Es un proyecto que nos está dando muchas satisfacciones, tenemos aproximadamente mil alumnos y esperamos cuadruplicar ese número en breve.
Para agendar
El 27 de octubre se inaugura el Experimenta 21, como uno de los dos grandes hitos de este año en la universidad. Se está trabajando en tres propuestas muy fuertes para esta gran inauguración. Una convocatoria muy importante a nivel nacional y local, con autoridades del ámbito de la educación, de la tecnología. El ministro de educación, Esteban Bullricha ya confirmó su asistencia a la apertura de este edificio de alto contenido tecnológico, muy potente. Mendé adelantó que se armará una grilla de espectáculos de primer nivel para celebrar y permitir que el edificio se luzca.
La Siglo 21 en cuenta regresiva para una inauguración disruptiva: Experimenta 21
La Siglo 21 está de estrenos: tras presentar su anfiteatro al aire libre, en días llega la inauguración de Experimenta 21, el edificio tecnológico de once pisos que le da una vuelta de tuerca al proceso de aprendizaje. En ese contexto, InfoNegocios conversó con la rectora Belén Mendé para conocer más sobre el presente y el futuro de la universidad privada más elegida por los argentinos.